A la segunda fue la vencida. Esta vez sí se cumplió el guion previsto y la última versión del proyecto de ley de amnistía para los encausados por el procés salió adelante en el Congreso con 178 votos a favor y 172 en contra. Ajustadísima mayoría, desde luego, pero suficiente para que la norma eche a andar en serio, a expensas de las tácticas dilatorias que utilizará el PP merced a su hegemonía en el Senado.

Menudo día, por añadidura, para la aprobación: menos de 24 horas después de que Pere Aragonès anunciara el adelanto electoral en Catalunya para el 12 de mayo. Eso sí que no entraba en los cálculos previos, salvo quizá, según se malician algunos, en los del propio president, que habría puesto una fecha que se le quedara corta a Carles Puigdemont para encabezar la candidatura de Junts. Si hubiera sido así, tampoco parece que vaya a evitar que en los comicios recién anunciados ERC quede detrás de los posconvergentes.

Los presupuestos se van al cajón

Una derivada puñetera del adelanto de la cita con las urnas tanto para la demarcación autonómica como para la foral es que el Gobierno español ni va a hacer el esfuerzo de presentar un proyecto de presupuestos. Sostiene el Ejecutivo de Sánchez que el ambiente electoral no es propicio para la búsqueda de acuerdos. Ahí los ciudadanos de la CAV pueden enarcar una ceja porque se da a entender que los comicios del 21 de abril no influyen ni para bien ni para mal en la búsqueda de acuerdos sobre las cuentas.

Pero insisto en lo de la faena para nuestros cuatro territorios porque, aunque PNV y EH Bildu no han querido hacer sangre con la cuestión, a nadie se le escapa que una negociación presupuestaria es un momento propicio para rascarle tres o cuatro compromisos a Madrid. O seis u ocho, ahora que son dos las formaciones que ponen en práctica el no hace tanto vilipendiado tira y afloja con el Estado.

Es de esperar, en todo caso, que el retraso no dé pie a Sánchez para ralentizar el resto de las negociaciones contenidas en la hoja de ruta del pacto de investidura suscrito con los jeltzales el pasado mes de noviembre. No es ponerse la venda sin tener la herida; es que hay precedentes...