Tic-tac. Corre el reloj. A las once de esta mañana se cumple el plazo de 24 horas que el PSOE dio a José Luis Ábalos para entregar su acta de diputado.

El interpelado, que gasta una chulería estratosférica, espetó de saque: “Me han dado 24 horas, ¿no? Pues 24 horas tengo”. Un rato después anunció que dimitía de la presidencia de la Comisión de Interior del Congreso. Sonó a una nueva toreada, pero este desmarque tiene otra posible explicación: en esta misma comisión mañana esta previsto que se aborde una iniciativa de ERC sobre “corrupción e impunidad en las Fuerzas de Seguridad del Estado”. ¿Se imaginan el papelón?

Aunque a la hora de teclear estas líneas la renuncia no se ha materializado, nadie espera que el exjefe del ya celebérrimo Koldo García Izaguirre vaya a quedarse con el escaño. Sería demasiado incluso para un tipo con tan pocos escrúpulos como él.

Jugar con fuego

Así las cosas, quizá la rueda buena sea la que enunciaba un titular del diario El País. “Sánchez busca una salida personal para Ábalos”, rezaba el encabezado, como si se diera por lo más normal del mundo que los partidos resuelvan estos marrones encontrando acomodo a quienes se han convertido en activos tóxicos.

El problema para el PSOE es que tendrá lupas y focos monitorizando cada movimiento. Ni el más hábil de los fontaneros sería capaz de burlar la vigilancia. El remedio podría ser peor que la enfermedad.

Bien es cierto que no se puede decir que Ferraz/Moncloa o Moncloa/Ferraz no se han ganado a pulso este escándalo. Y no digo que ni el partido ni el Gobierno tengan algo que ver en los pufos que se investigan. Ni de lejos.

Pero cuando se echa mano de personajes que dominan el juego político subterráneo, se corre el riesgo de verse de cráneo en el fango. Seguro que el áspero y desprejuiciado Ábalos fue de mucha ayuda para Sánchez a la hora de recuperar la secretaría general o de conseguir un par de investiduras imposibles.

Como estamos viendo, a la larga, el precio de esos favores puede salir muy caro. Y eso, contando con que apenas conocemos una parte mínima de la trama. Tiene toda la pinta de que nos aguardan unos cuantos episodios.