Secretaria general de Podemos teledirigida por el gurú y fundador: Su penúltima ocurrencia da para una astracanada o, apurando, para una película de Berlanga. Resulta que usted, con su mano de hierro forjada por el señorito, acaba de castigar a trece miembros de su formación en Catalunya a cuatro años sin optar a cargos públicos u orgánicos. Ya de por sí suena a caspuriento que el partido que se ciscaba en la casta eche mano de sanciones propias de los más rancios del enterrado político. Pero hay dos circunstancias que, definitivamente, mueven al descojone sobre este correctivo. La primera es que el pecado de los presuntos díscolos fue abogar por presentarse a las elecciones del 23-J con Sumar, algo que acabó aprobando la dirección general. La segunda es que los sancionados ya no militan en su secta.