Mala vida al socio

– Nos habían contado que, una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno español emprendería una frenética carrera legislativa. Según los analistas más avisados, en el mes que empieza mañana iban a ir cayendo al BOE una detrás de otra la ley trans, la de trata y la de las familias. Lo que sabemos en el minuto de teclear estas líneas es que todos esos proyectos se han quedado atascados en el forro de los caprichos, las necesidades o los cálculos (táchese lo que no proceda) de Pedro Sánchez. No es casualidad que en todos y cada uno de los casos se trate de iniciativas de tronío de los ministerios de Unidas Podemos. Es decir, que hay motivos para sospechar que no estamos ante hechos aislados sino ante un patrón de conducta. El jefe de máquinas parece decidido a comprobar cuánto castigo es capaz de aguantar su socio. Y ya no es solo que le boicotea las leyes, sino que manda al Tribunal Constitucional al exministro Juan Carlos Campo, sabiendo que los morados iban a echar las muelas.

Ahí tienes la puerta

– Teníamos al casi olvidado Iván Redondo por un tipo retorcido, pero quien sea que haya parido esta estrategia de dar mala vida al compañero de gabinete supera con creces al Maquiavelín donostiarra. No lo tienen nada fácil Ione Belarra e Irene Montero (Díaz disputa una guerra distinta y Garzón es caballito blanco) para salir de la celada. Les queda el eterno recurso al pataleo. Lo que ocurre es que después de años dando puñetazos encima de la mesa y amagando con la ruptura, las amenazas resultan cada vez menos creíbles. Y tampoco surten gran efecto las cargas de profundidad dialécticas de los atizadores habituales, mayormente, Pablo Iglesias, Pablo Echenique y, desde el córner, Juan Carlos Monedero. Que Patxi López saliera ayer con la garrota contra el mentado Echenique es otro signo de que esta vez Ferraz no va a poner la otra mejilla. El mensaje es muy claro: si no te gusta estar en este Gobierno, ahí tienes la puerta, a ver si te atreves.

El Psoe marca el ritmo

– Nunca me he tenido por un gran profeta, pero diría que Podemos no se va a atrever. Sus cartas son claramente perdedoras. Por más literatura que le echen, tal y como están planteadas, las leyes que mencionamos arriba son impopulares incluso para buena parte de los votantes de izquierda. El PSOE no va a rascar nada de ellas. Es más: el riesgo es que les den un disgusto a sus barones territoriales en las elecciones de mayo. Así que la pelota está en el tejado de sus hasta ahora compañeros de viaje. O tragan o entregan las carteras y se van con lo puesto a las urnas. l