CRECIDO presidente del PP: No vendré yo a discutirle que, tras el torpe suicidio de su antecesor, parece haber caído usted de pie. Casi todo se le ha puesto de cara, hasta el punto de que en este minuto no es descabellado pensar que dentro de poco más de un año esté durmiendo en La Moncloa con una cómoda mayoría. Pero en el camino recién iniciado, ya le vamos calando las hechuras. Y no le hablo solo del mantenimiento de los acuerdos con Vox. El otro día, cuando escuchamos a María Dolores de Cospedal trapicheando con el siniestro Villarejo, perdió la oportunidad de demostrar que va en serio retirando a la individua el carné del PP. En lugar de eso, se hizo el ofendido por la difusión de las grabaciones delictivas. Ya vamos viendo de qué va.