Al todavía ocupante del despacho principal de Génova, 13 —esa sede gafada— no deja de lloverle fuego amigo. O ex amigo, más bien. Según cuenta La Razón, la cabecera que estuvo a su lado hasta el último segundo antes de la caída, el palentino tiene a sus conmilitones acordándose de su calavera. "Casado desata la furia", lleva por encabezado el tercer editorial. Les copio y pego el corto y demoledor texto: "Si a Pablo Casado le quedaba algún simpatizante en la cúpula del Partido Popular, cosa ya de por sí difícil, ahora sí que debe andar más que solo. En buena parte de la dirigencia popular, incluso en la menos proclive al «ayusismo», se han escuchado palabras muy poco cariñosas hacia quien ha sido presidente de la formación durante estos años. Y es que a Casado se le señala como la mano mecedora de la cuna de las críticas del Partido Popular Europeo al acuerdo PP-Vox en Castilla y León. Hay quienes, como en el viejo lema italiano, creen que sangre llama a sangre y solicitan negar a Casado cualquier apaño de recolocación: «Que se vaya a París, como amenazó si no ganaba las primarias»".

Rafa Latorre, columnero de El Mundo, acude presto con su hacha a sacar más astillas del árbol caído: "Además de ser falso, exhibirte en tu despedida como el dique de contención de la extrema derecha y el paladín contra la corrupción supone señalar a tu sucesor como el resultado de un apaño entre ignominioso y criminoso, lo que convive mal con el apoyo efusivo y el compromiso de discreción que prometiste para procurarte una «salida digna» de la presidencia. Este comportamiento de ocasión, agradablemente errático, es el que hace ya muchos años confundía a los interlocutores de Casado, que no sabían a quién se refería cuando mentaba a «el jefe»: si a Aznar, que lo era en FAES, o si a Rajoy, que lo era en el PP".

En Vózpuli, Félix Madero se suma al linchamiento de quien hasta hace nada era la esperanza blanca del PP: "El rencor, cuando viene en compañía de la incompetencia, se torna en melancolía, y esa melancolía suele terminar en frustración, y de la frustración a la soberbia sólo hay uno paso. O quizá sólo un viaje de Madrid a Paris, el sitio en el que se reunieron los populares europeos el jueves pasado y el lugar elegido por Pablo casado para despedirse como presidente del PP".

Ramón Pérez-Maura, sin embargo, le perdona la vida. La bofetada del primer párrafo de su columna en El Debate no es para Casado sino para su acompañante en el tan mentado viaje a París: "Como Donald Tusk sea tan hábil en la política doméstica polaca como lo está siendo como presidente del Partido Popular Europeo, más les vale a los polacos que no sea su próximo primer ministro. Verdaderamente, no es fácil hacerlo peor en estos días con el PP español y con el pacto en Castilla y León".

En ABC, donde ya le han atizado bastante (de hecho, las hostilidades serias empezaron allí) hoy le dejan tranquilo. Ahora el afán es otro: blanquear a Vox. Aquí tiene a Juan Fernández Miranda con el estropajo: "En contra de lo que dice la izquierda, la incorporación de Vox al Gobierno de Mañueco es una buena noticia, para los partidarios y para los detractores. Lo es porque permitirá hablar de hechos y no de futuribles hipotetizables, que diría Felipe González, ni del dóberman de Rubalcaba. Vox debe mostrar qué quiere ser de mayor, y los ciudadanos sabremos a qué atenernos. Con la entrada en el Gobierno de Mañueco Vox ha cumplido 18".

Recados a Feijóo… y un aplauso de Anson a Sánchez

En Libertad Digital no hace falta blanquear a Vox. Allí lo tienen como el partido más inmaculado. Por eso, el primer consejo de Cayetano González al presidente virtual el del PP es este: "Feijóo no debe despistarse, no puede perder de vista que el adversario político no es Vox sino Sánchez, con sus nefastas políticas para España. No debe desperdiciar ni un minuto en descalificar al partido de Abascal, con el que está llamado a entenderse, como se ha visto en Castilla y León. Lo cual pasa por aceptar que Vox tiene en la actualidad una bolsa de votantes muy importante, en torno a los cinco millones, a los que ni se les puede insultar diciendo que son de extrema derecha ni se les puede ignorar".

También Ignacio Camacho convierte su columna de hoy en ABC en manual de instrucciones para Feijóo. Y la primera instrucción es que no se fíe de Sánchez y no firme (como hizo el domingo) sus declaraciones conjutas: "Es su talante, su forma de ser y de actuar, su estilo. Ahora le interesa blasonar de centrismo porque está viendo la legislatura en serio peligro. Pero una oposición responsable no puede renunciar por electoralismo al deber colaborativo cuando la nación atraviesa un momento crítico. Prueba de fuego para Feijóo y para su sentido del equilibrio, su lealtad institucional, su experiencia y su instinto político. Dejarse engañar por un hombre que ha engañado a tanta gente tantas veces, de palabra y por escrito, con toda España de testigo, es una forma de engañarse uno mismo".

Lo curiosos y hasta divertido es que esa misma declaración conjunta sirve para que el veterano Luis María Anson se deshaga en elogios hacía quien normalmente es receptor de sus palos: "Me parece necesario dedicar el sincero aplauso al Gobierno, a su presidente Pedro Sánchez y a sus ministros, de forma especial a Félix Bolaños, que es la personalidad política más destacada y capaz con que cuenta Moncloa. Escuché, por cierto, sus declaraciones en la isla. Me parecieron un modelo de moderación y de claridad constructiva en defensa de la solidaridad de España y también de su unidad". Anson en estado puro.