a Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA) anunciada la tarde del domingo por MásMóvil para la absorción del 100% de las acciones de Euskaltel ha revolucionado el mercado de las telecomunicaciones -no solo en Euskadi, origen de ambas compañías y donde tienen su sede social- y, más allá de polémicas de puro interés político, supone una operación que, si se cumplen determinados compromisos, puede colocar a la nueva firma vasca en una posición de liderazgo tecnológico. Aunque también tiene sus riesgos. Es obvio que un proceso de estas características y magnitud no se improvisa. Si finalmente se lleva a cabo la OPA amistosa y ya pactada por los grandes accionistas -aunque debe contar aún con la aceptación de al menos el 75% más una acción del capital y recibir las autorizaciones regulatorias y de competencia necesarias-, el grupo resultante tendría cerca de 14 millones de líneas, unos ingresos de 2.700 millones de euros, 26 millones de hogares conectados con fibra y más de 1.500 empleados, este último sin duda el punto más frágil de la operación a futuro. Un gigante tecnológico -porque cuenta con capacidad para ello- que podría liderar sin complejos el competitivo mercado de las telecomunicaciones en el Estado. Un sector que, hoy por hoy, precisa de músculo financiero, inversión tecnológica y capacitación técnica y humana para afrontar los grandes retos que demanda una sociedad avanzada en el siglo XXI, en especial la digitalización y el desarrollo e implantación de servicios 5G. La unión de MásMóvil y Euskaltel, dos compañías punteras y complementarias en sus fortalezas, puede, en este contexto, alumbrar un proyecto competitivo que lidere el mercado y el sector y que debería redundar en ventajas para los consumidores y usuarios. La operación, por otra parte, presenta también algunos puntos críticos que deben despejarse. En especial, la obligación de mantenimiento de la marca histórica Euskaltel -un referente durante décadas en muchos campos en Euskadi-, así como de su sede fiscal, social y de toma de decisiones en el País Vasco y, como punto especialmente crítico, de permanencia del empleo, aspectos a los que MásMóvil se comprometió ayer mismo. En todo caso, será necesaria la oportuna vigilancia de los distintos agentes implicados y las administraciones para su cumplimiento.