l rastro de los casos de corrupción en la política española es muy largo y en el ámbito del PP parece tender al infinito. El que fuera tesorero del PP, Luis Bárcenas, vuelve a amenazar con tirar de la manta tras el ingreso en prisión de su esposa Rosalía Iglesias, condenada a casi 13 años de cárcel por su implicación en la trama Gürtel. Los abogados de Bárcenas se han puesto en contacto con los fiscales Anticorrupción para ofrecer la colaboración del extesorero ante el proceso que continúa vivo y pendiente de juicio sobre la financiación ilegal de la formación conservadora y su denominada caja B y el pago de sobresueldos a destacados dirigentes del partido durante años. En realidad, es solo otro de los juicios aún pendientes en los que aparece implicado el PP como organización y buena parte de sus principales dirigentes históricos a partir de 1990 con la llegada de Aznar a la presidencia del partido. Y en todos ellos, Bárcenas es un personaje clave, ya que fue tesorero durante toda esa época tanto con Aznar como con Rajoy hasta su despido en diferido. En este caso, Bárcenas quiere negociar con Anticorrupción información sobre el entramado de presunta financiación ilegal del PP a cambio de la posterior adjudicación de importantes obras públicas y el uso de dinero negro para financiar obras en sedes del partido y pagar sobresueldos a altos cargos. Su objetivo, lograr mejoras penitenciarias para su esposa. El juicio por esta trama tendrá cerca de 100 testigos, entre ellos los 20 empresarios que donaron casi ocho millones de euros al partido, además de Aznar, Rajoy y ocho exministros que supuestamente cobraron sobresueldos de la caja B del PP. De nuevo, todo un gigantesco entramado de hipocresía, cinismo y falsedades, que abarca a buena parte de las instituciones del Estado y al poder económico y financiero, en manos de la información de la que dispone un tipo de la baja calidad ética de Bárcenas. De hecho, en el listado de altos cargos a los que Bárcenas entregó presuntamente sobresueldos aparece un asiento que identifica a M. Rajoy. Un entramado de corruptos en el que ahora se acusan unos a otros, se pasan facturas pendientes, se señalan y ajustan cuentas. Diga lo que diga Bárcenas, pacte o no con la Fiscalía, ahora ya se sabe -hay sentencias que lo avalan-, que el PP ha funcionado como un entramado político, institucional, económico y empresarial que ha hecho de la corrupción, el saqueo, la especulación, los sobornos, los sobresueldos y el dinero negro un modo de acceso y control del poder.