Aquí, un quemado

twitter.com/CesarCalderon

Durante esta crisis he sido progubernamental en todos los casos: he defendido que políticos, técnicos, asesores y funcionarios estaban dando lo mejor de sí para informar y cuidar a la ciudadanía. En el caso del gobierno español, la primera vez que levante una ceja fue cuando Fernando Simón reconoció que no habían recomendado el uso de mascarillas porque no había suficientes. Sentí que me habían tomado el pelo y que yo mismo había colaborado en la mentira. Ahora, con el descenso en el número de muertos por COVID, vuelvo a sentirme engañado y empiezo a ser uno de los quemados que describe César Calderón.

También en Europa

twitter.com/Shine_McShine Pero el caso español es solo uno más. Por supuesto, el modo en que la clase acomodada durante el franquismo ha llegado aún más acomodada a 2020 destruye cualquier teoría sobre una transición modélica. Pero, por desgracia, Europa y el mundo entero (Trump, Bolsonaro) sufren a los fascistas: en Polonia, los neonazis "han declarado 30 municipios zona libre de LGTB, queman banderas arcoÍris y agreden a activistas", tuitea Toño Abad. @Shine_McShine apostilla que "todo esto está pasando en el seno de la UE sin que la UE haga nada". Acabar con la intransigencia ideológica es tarea de todos. También de los que pueden.

De la extrema derecha

elplural.com La extrema derecha ha salido del armario en España. Los simpatizantes de esta ideología siempre han vivido bien, como demuestra la cúpula de Vox, muy bien relacionada, o Javier Tebas. Ahora, además, se siente empoderada para dar palizas, reivindicar a Franco y sus símbolos, o mostrar su ideología con libertad. Joaquín Urias, exletrado del TC y conocido tuitero, alerta en una entrevista a El Plural: "Hay demasiados jueces presumiendo públicamente de ideas cercanas a la extrema derecha". Es el titular de la pieza pero también lo más destacado, porque de la independencia judicial, ya, ni hablamos.