ecordábamos en agosto en este diario el escalonado acercamiento que tuvo el PNV en 1934 hacia la ERC de Lluis Compayns tras el enfriamiento del nexo con el hasta entonces socio preferente, la Lliga de Francesc Cambó. Se trata de un buen ejemplo que ilustra la histórica relación poliédrica de los jelkides con las diferencias familias del catalanismo y, por extensión, una de las grandes cualidades del partido: su capacidad de interlocución con organizaciones políticas del mundo entero.

Más recientemente, fuimos testigos de cómo fueron deslizando su predilección desde Unió hacia Convergència y también de cómo están sabiendo mantener la interlocución con los tres, cuatro, cinco... partidos surgidos de aquellos, a la espera, suponemos, de que se vaya aclarando el panorama. Mientras ello sucede, los más frikis de la cuestión buscamos pistas en detalles como las fotos que se sacan en sus visitas a tierras catalanas o las invitaciones que cursan para las celebraciones propias como el Alderdi Eguna.

Saben los de Andoni Ortuzar que tanto entre su militancia como entre sus votantes existen múltiples sensibilidades en torno a todo aquello: gentes que saludan con ilusión al nuevo partido de Marta Pascal, gentes que ven con simpatía a los de David Bonvehí y gentes que apoyan abiertamente a Carles Puigdemont. Algo similar, por cierto, a lo que ocurre en EH Bildu, con mucha gente en sus filas incómoda respecto al vínculo preeminente con ERC.

Por ello, las declaraciones de los jelkides sobre el problema catalán son siempre muy medidas a la vez que difícilmente reprochables, aunque a nadie se le oculta que no están excesivamente cómodos con algunas de las decisiones allá adoptadas por el soberanismo, lo cual es muy respetable. Lo que no lo es tanto es que uno de sus representantes diga en una tertulia radiofónica que Quim Torra se dedica a hacer el payaso y Sabin Etxea no lo desautorice. El verdadero payaso del movimiento independentista fue también inhabilitado el lunes. Se llama Jordi Pesarrodona y está orgulloso de pasear su nariz roja por Catalunya. Quim Torra sigue siendo el Molt Honorable President.