ratándose de una sociedad que durante décadas ha conocido no pocas jornadas de huelga, suponemos que el lector recordará vivencias de avispadas personas que simultáneamente se sumaban y no se sumaban a las mismas. Personas que no acudían a trabajar, pero se ausentaban recurriendo a días que tenían por librar, bajas laborales o citas médicas que, misterios de la vida, coincidían siempre con el día en cuestión. Así las cosas, aparentaban ser consecuentes huelguistas ante los afines a la causa, pero explicaban con fingida aflicción al resto el porqué de su ausencia. Lo hemos escrito en pretérito imperfecto, pero conjeturamos que seguirá ocurriendo.

Pensamos que es este uno de los motivos por los que nunca cuadran los números a la hora de valorar el seguimiento de una huelga. En realidad, más allá de no cuadrar, las diferencias suelen resultar por lo general abismales. Y es que, amén de los citados sagaces, existen otros colectivos como el de las personas en servicios mínimos o el de las que están de baja (de verdad), cuyo recuento de una u otra manera explica en parte el desfase entre ambas contabilidades. Hay quien defiende que es el de las nóminas descontadas el criterio más objetivo, que, si bien se trata de un dato clarificador, no resulta suficiente.

No quisiera uno pecar de salomónico, pero parece evidente que, por lo general, en una jornada de huelga trabajan más personas de las que los convocantes reconocen y menos de las que admiten los destinatarios de la protesta. Obviamente, tanto unos como otros tienen en sus manos los datos de verdad, muy parecidos entre ellos, pero no hay manera de que lleguen a la ciudadanía, lo cual está muy mal.

Entendemos que cuando se trata de servicios públicos esenciales, los agentes implicados en una jornada de huelga tienen la obligación de informar a la ciudadanía con claridad y objetividad, consensuando entre ellos los criterios para hacerlo. Y la ciudadanía tiene el derecho de saberlo. No se debe seguir despachando públicamente acontecimientos de suma importancia como si se hubieran vivido estos en planetas diferentes.