Esta noche arranca la 72ª edición del Zinemaldia. La gala inaugural estará dirigida y conducida por Andreu Buenafuente y Berto Romero, pareja inseparable de humoristas. El humor está de moda y sumido en un conflicto que no es de risa. Y como muchas cosas en este país –y en el mundo– los cómicos tienen sus adeptos y sus odiadores, divididos incluso en ideologías: o Motos o Broncano. En la ceremonia de apertura del Zinemaldia estará también con ellos como presentadora la actriz Bárbara Goenaga. Por otra parte, en la gala de clausura figurará la también intérprete Itziar Ituño mientras que las entregas de los Premios Donostia las presentarán Marta Etura y Eneko Sagardoy, igualmente grandes actores. Goenaga, Ituño y Etura son tres reconocidas actrices, tres mujeres, tres vascas, tres famosas, las tres premiadas por sus trabajos. Las tres queridas y odiadas por causas ajenas al ejercicio de su profesión, por tener ideas propias y expresarlas. Criticadas y hasta boicoteadas por lo que piensan. Que si una es de derechas, la otra de la izquierda abertzale, la otra la pareja de un dirigente político... Ocho días, lo que dura el Festival, las separan en el Zinemaldia. El director del certamen, José Luis Rebordinos, confesaba en una entrevista que le hubiera gustado que Itziar Ituño y Marta Etura –las que más han estado y están en el disparadero de esta batalla de bandos de holligans y haters– presentaran juntas, pero no llegó a plantearlo por no ponerlas en una “situación incómoda porque si no les apetecía, creaba una situación rara”. Lástima. A mí también me hubiese gustado verlas juntas. Incómodas, incluso. Que se abrazasen y se solidarizasen la una con la otra contra los insultos y los boicots –todos– incluso de los suyos. Al final, esto parece una muestra a escala de la sociedad vasca en la que lo que llamamos convivencia parece consistir en estar en el mismo sitio pero en distintos días. Entiéndase: convivir ignorándonos.