La respuesta
Pocas veces se habrá sentido el PPvasco tan arropado como la semana pasada, cuando a la ilustre bocachancla llamada Cayetana Álvarez de Toledo le dio por seguir diciendo estupideces,pero esta vez contra sus compañeros departido de aquí. Lástima que algunoshayan tardado tanto en darse cuenta de lainmensa memez de la marquesa de CasaFuerte.
Entre las respuestas dirigidas a su portavozen el Congreso de Madrid, los populares vascos incidieron sobre todo en el sufrimientoque han padecido aquí durante décadas depersecución y amenaza terrorista, mientrasella se dedicaba a otros menesteres, por ejemplo a las caminatas en mullidas moquetas, taly como recordó Iñaki Oyarzábal. En unaamplia muestra de solidaridad, muchos políticos, opinantes y ciudadanos vascos respaldaron masivamente en medios y redes sociales tal argumentación.
Ciertamente, lo vivido durante tanto tiempopor las gentes que conforman el PP vasco esdigno de reconocimiento, como es obvio quela empatía, la cercanía y el arrope fueronmuy tímidos por parte de la sociedad endemasiadas ocasiones. Es una autocrítica enla que debemos profundizar. Pero, a su vez,daba uno por convenido que el hecho dehaber sido víctima de aquella lacra no leotorgaba a nadie la razón política en ninguna de las cuestiones que aquí se debaten. Eslo que contestamos insistentemente a ciertos representantes de colectivos de víctimas,pero también a los dirigentes populares vascos que enarbolan frecuentemente el citadorazonamiento.
Ni siquiera el hecho de que sea la lenguarazCayetana la destinataria de la réplica puedehacernos cambiar esa consideración. Esmás, aplaudiendo que se ponga en el frontispicio de la respuesta el sufrimiento quepadecieron los aludidos por la marquesa,nos exponemos a que algunos legitimen suhabitual pretensión de hacer política conventajismo. Hay muchos otros argumentosde peso para responder las sandeces de laportavoz popular. De hecho se han utilizado, pero tengo para mí que nos hemos centrado demasiado en lo otro.