Mientras en Madrid, el PP, Ciudadanos y Vox, si como todo parece acceden al gobierno autonómico, van a seguir perpetuando el paraíso fiscal que le hace ser la comunidad del Estado donde menos impuestos se paga, gracias a una política de reducción progresiva tributaria que le ha llevado a suprimir el de Patrimonio, bonificar al 99% el de Sucesiones y contar con el tramo autonómico más bajo del IRPF, al que ahora quieren someter a más rebajas y deducciones, en Gipuzkoa se utiliza la capacidad fiscal propia para desde la innovación y el conocimiento de la realidad incentivar el capital y activar una industria de la inversión a favor del desarrollo y del arraigo de nuestras empresas.
La ausencia de agentes financieros que en el pasado tuvieron un gran protagonismo a la hora de llevar a cabo importantes inversiones en nuestras empresas, como fueron las antiguas cajas de ahorro, ha hecho que la Hacienda Foral de Gipuzkoa haya puesto en marcha una novedosa medida que es pionera en el Estado y que tiene como objetivo incentivar fiscalmente a los gestores de fondos de capital riesgo.
La medida modifica la tributación del denominado carried interest, que es como se designa la participación que los profesionales gestores tienen en las plusvalías del fondo después de que los inversores recuperen la inversión y la tasa de retorno prefijada. A partir del pasado mes de enero, esos rendimientos especiales tributarán como rentas de capital mobiliario en el IRPF, en lugar de rendimientos de trabajo o de actividad económica, como sucedía hasta ahora.
Este cambio supone ni más ni menos que una diferencia de 24 puntos en la tributación respecto a la anterior situación que se sigue aplicando en el Estado, así como en Bizkaia y Araba. De este modo, el carried interest formará parte de la base del ahorro y tributará a un tipo máximo del 25%, frente al tipo máximo de la escala de la base general del IRPF que está en el 49%.
Ni qué decir tiene que esta decisión de la Hacienda Foral de Gipuzkoa ha sido muy bien acogida por los gestores y está provocando ya que algunos profesionales se estén planteando la idea de fijar su residencia en el territorio para poder acogerse a esta nueva tributación. Este es un requisito necesario para aplicar la nueva normativa, junto con que el carried interest provenga de una participación de al menos el 1% del fondo con una antigüedad de cinco años. En el Impuesto de Sociedades, esta comisión quedará exenta y tendrá el mismo trato que los dividendos de una entidad de capital riesgo.
Se trata de una iniciativa innovadora para fomentar la inversión desde la colaboración público-privada que con toda probabilidad servirá de precedente para el resto de las Haciendas. En Bizkaia, la Hacienda Foral ha optado por el impulso de fondos públicos.
Este cambio normativo persigue atraer al territorio inversión y riqueza, una cuestión en la que los fondos de capital riesgo están jugando un papel importante como alternativa ante la actual coyuntura en la que los tipos de interés están prácticamente a cero y la Bolsa y la deuda no están ofreciendo rentabilidades razonables.
A pesar de que este modelo asume más riesgo porque el tiempo en el que el dinero está sin tocar es largo y entre las operaciones de la gestora puede haber alguna fallida, sin embargo pocas alternativas existen en el mercado a día de hoy con una previsible rentabilidad acumulada del 20% en cinco años.
El establecimiento de estos gestores de fondos de capital riesgo, que no de las sociedades, en Gipuzkoa va a suponer que estos profesionales aporten el conocimiento de este mercado, su red de contactos de inversores y la existencia de una competencia entre ellos importante a la hora de entrar en aquellas empresas que necesiten de su participación, lo que redundará en beneficio de nuestro tejido productivo y en el arraigo de nuestras compañías.
A pesar de que la presencia de estos fondos en las empresas puede generar preocupación por el cortoplacismo con el que en algunos casos han actuado generando cierta incertidumbre, sin embargo se dan casos contrarios, como el de una compañía del sector de la alimentación en Gipuzkoa participada por una gestora de capital riesgo, que lleva alrededor de once años al frente de ella sin intención de salida.
En Gipuzkoa, se calcula que alrededor de unas 12 empresas están participadas por estos fondos, de las que en seis o siete se encuentran en fase de salida, tras una permanencia de varios años.
Durante el año 2018, los fondos de capital riesgo invirtieron en el Estado más de 6.013 millones de euros en 740 operaciones, mientras que en el primer trimestre de este año el volumen de inversión ha sido de 1.512 millones, un 49% más que en el mismo periodo de 2018. Desde 2012, estos fondos están presentes en 2.437 empresas del Estado, de las que 92% son pymes, con una inversión total de 22.990 millones de euros.
Ante esta contundente realidad la decisión innovadora de la Hacienda Foral de Gipuzkoa, aparte de lo que supone de anticipación, significa un acicate para incentivar el capital y fomentar esa industria de la inversión tan necesaria en este territorio. El que da primero da dos veces.