Los que vayamos a votar el domingonos encontraremos ante tres urnasen las que se introducirán papeletas de tres colores diferentes. Se trata deelegir a nuestros representantes en tresinstituciones, aunque de ellas se derivarátambién la formación de otra serie deorganismos como consorcios, mancomunidades o consejos que adquieren a vecesvital importancia.

La mancomunidad Enirio-Aralar es unaancestral institución que agrupa a quincemunicipios y que se dedica fundamentalmente a la gestión de pastos montanos.Durante la legislatura que concluye hasido un importante campo de batalla en elque pastores y ganaderos de la zona hanvisto que sus tesis salían adelante, aunquecon exiguas mayorías.

Pero todo puede variar el domingo, ya que elcambio en algunos ayuntamientos puedepermitir un vuelco en la mancomunidad y,como consecuencia, la victoria de las posturas hasta ahora minoritarias. Todo ello estáproduciendo una verdadera pugna, conalgunos concejales que han decidido no continuar, o presentarse por otra lista más acorde a su sensibilidad; candidaturas que previamente han hecho pública la adhesión alplan ahora vigente; o el anuncio de no pocaspersonas de que en esta ocasión cambiaránsu voto porque en esta cuestión no apoyanlas tesis de aquellos a los que siempre hanvotado. O no se fían de ellos.

En estos quince municipios habrá ?sin haberla físicamente? una especie de cuarta urna dela que a muchos les interesará más la composición final de la mancomunidad Enirio-Aralar que el color de la alcaldía de uno u otropueblo. Son asuntos importantes que suceden en Gipuzkoa, pero que a la mayoría de laciudadanía del territorio se les hacen lamentablemente mucho más desconocidos que elrepresentante italiano de Eurovisión.

Y como uno no tiene inconveniente algunoen mojarse, emulando lo que el recordadoAita Lasa dijo en su día en Urbia, desea quelos excelentísimos pastores tengan suerte eldomingo. Nadie mejor que ellos han cuidado, cuidan y cuidarán nuestra tierra. Entreotras cosas.