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Gorilas en la niebla

Un grupo de primatólogos que estudia a los gorilas de Ruanda hahecho público un estudio que plantea que estos se afligen ante la muerte de unode los suyos. Reconozco que no profeso unapasión especial por el mundo animal perome ha encantado eso de que los gorilas,como los humanos, sientan la pérdida dealguien de su comunidad. Entre las personasno siempre se da esa empatía para hacernuestro el dolor de los otros. De hecho, sin irmuy lejos, durante décadas, eso fue lo quenos pasó en esta magnífica tierra. Vascoscontra vascos. Vascos mirando para otrolado cuando otros vascos sufrían. La defensa de un proyecto político o, de una razón deEstado o, qué se yo, afectó esa capacidadpara la empatía y creímos que tenía sentido yera justo hacer daño. Ligando con el estudio,diríamos que nos volvimos menos gorilas.Pero hace ya un tiempo que vivimos, afortunadamente, mucho mejor. A muchos lesparece poco pero si nos viéramos como estábamos hace diez años? Como en la canción,todos queremos más. Y eso es bueno porquequeda tarea, por ejemplo, para reconocer yreparar todos los sufrimientos. La aprobación el jueves pasado en el Parlamento Vascode la ley de abusos policiales es otro granhito en ese camino. A algunos les parecerá que tarde y poco. Decía Voltaire que, “lo perfecto es enemigo de lo bueno”, y esta ley tienemucho de bueno. Las provocaciones deunos, torpezas de otros y, las comprensiblespero no justificables, inercias de hacer gestosde ambos a los suyos, mancharon la aprobación. Pero ese triste espectáculo no deberíaquitarnos el momento de celebrar una necesaria ley para aquellas otras vulneracionesque no fueron de ETA. Por raro que suene,tenemos que ser más como los gorilas, y afligirnos por las vidas que fueron arrebatadas.Gorilas en la niebla aún de la recuperaciónde la convivencia pero, espero que gorilas afin de cuentas.