El globero
Personaje compulsivamente reñidocon la verdad; vendedor de camisetasy humo; comerciante en extrañastiendas de remotos aeropuertos; ciudadanode domicilio conocido pero enigmáticopadrón; de opulenta vida pero sospechosasinsolvencias; embaucador de corto recorrido; patético autoadulador desde falsas identidades; empresario de rimbombantes empresaspero surrealista “mandataria verbal”... Sí, estepersonaje, declarado culpable e inhabilitadoen el proceso concursal de la Real Sociedad,ha dedicado mucho tiempo a tratar de meternos en la cárcel.
Dicho de otro modo, ha querido morirmatando, aunque se llevara por delante alpropio club. Pero a este globero de tantosglobos desinflados se le acaban de pincharlos tres que más estaba exhibiendo pormedio de un peculiar periodista de la red. Yes que la Audiencia ha dicho lo obvio, queaquella subvención al club estaba debidamente justificada y fue acorde a la ley. Y quela condonación de las sanciones tributarias?idéntico proceder al que se hacía conmuchas empresas en crisis? también fuemotivada y ajustada a la legalidad. Ni siquiera iremos a juicio, pero han sido años desospechas, chismorreos e insultos; años enlos que hemos tenido que explicar a familiares y amigos que eso que habían leído enTwitter o les había llegado por WhatsAppno era verdad.
Ciertamente al globero le queda un globo. Esel globo de Pedro Mari, un globo nimio. Después del nuevo batacazo recibido es patéticoobservarlo exhibiendo como triunfo esepequeño último globo, que en realidad no esotra cosa que el resto de su naufragio.
Pero se quedará también sin él cuando PedroMari explique sus actuaciones. Mientras esoacontece diremos con orgullo que PedroMari fue desde su responsabilidad un pilarfundamental para cimentar el resurgir de unclub que estaba a punto de hundirse, aménde leal y legal partícipe de unas decisionesque sirvieron también para que la RealSociedad devolviera su deuda con la Diputación, con todos los guipuzcoanos. ¿Recuerdan? Tampoco eso iba a suceder. Y sucedió,vaya si sucedió.