El pasado miércoles, con todo tipo de lujos y despliegues técnicos, finalizó el ciclo de Operación Triunfo, tras el éxito vaticinado del cantante africano Famous, que se alzó con el santo y la señal en un ejercicio artístico de excelente nota, demostrando una vez más que la conjunción de TVE y la productora Gestmusic da excelentes resultados de audiencia y notoriedad social, con las redes como grandes aliadas de este concurso construido para enseñar a cantar a los jóvenes que tienen madera para triunfar en escenarios y platós.

El invento de los Hermanos Mainat (2001) sigue dando excelentes réditos y eso que la explotación publicitaria de las distintas galas es prácticamente testimonial y sujeta a las normas del patrocinio publicitario que La 1 exprime con audacia y astucia. La última gala se montó con la presencia de los anteriores vencedores del concurso y los de este 2018, que actuaron con grandes profesionales de la música actual, como Zaz, Luz Casal o Beret que pusieron calor, pasión y técnica en las diferentes interpretaciones, que demostraron la valía profesional de los jóvenes triunfadores.

Y todo ello aderezado con creativos vídeos que ayudaron a darle marcha y ritmo al espectáculo, luminoso, iluminado y radiante en un derroche de luz, color, mezcla y combinación espectacular a lo largo de las horas nocturnas. El buen rollo entre los concursantes creó una atmósfera de camaradería y buena relación que se puso de manifiesto en la interpretación final formando un excelente coro compacto y unido, sintiendo la letra y música de la canción broche de oro de la noche musical con calor y compenetración. Volverá a la parrilla de La 1 este programa que tiene explotación para rato, con un presentador cumplidor ante las cámaras, y empático con los jóvenes artistas, un Roberto Leal que se ha hecho hueco en el coro de presentadores de la tele pública. Enhorabuena a todos.