Hace calor en Baiona e, incluso junto al Nive, el sol del mediodía molesta. Un par de amigos buscan una mesa para comer y examinan las opciones de menú del día que las pizarras de los figones ofrecen.

-¿Supongo que esto de merluza a la española es merluza con chorizo? -dice Galtzagorri-, ¡Qué manía tenéis de ponerle chorizo a cualquier cosa que queréis españolizar!

-Es que es la palabra española más popular en el resto del mundo en estos momentos- explica Labarthe-, a pesar de que el diccionario de la RAE no ha aceptado la acepción de chorizo como ladrón, pero se oye tanto por los turistas que van a España que los hosteleros ofrecen lo que se les demanda.

-Pues de esos chorizos estamos sobrados, y tendríamos que hacer un esfuerzo para mantenerlos alejados del rugby.

-El rugby cada vez ofrece más posibilidades de negocio lícitas e ilícitas y los chorizos no van a dejar escapar esa oportunidad.

Por fin se acomodan en una mesa para degustar chipirones con chorizo. Lo que permite a Galtzagorri volver a la conversación.

-¿Crees que los árbitros de rugby tienen que aprenderse el reglamento de memoria para arbitrar bien?

-El árbitro debe saber el reglamento para arbitrar, eso es el mínimo básico. El árbitro, para ser bueno, lo que tiene que saber es el rugby, el juego, no puede ser solo un reglamento con silbato, mientras los jugadores son el cuerpo del rugby, el árbitro debería ser el espíritu invisible del rugby, cuanto más invisible mejor pero el rugby, como show business, está importando también lacras arbitrales del otro fútbol, ése que se juega con un balón raro.

-Los chipirones se pueden mejorar no poniéndoles chorizo, quizá solo pimentón.