Si el equipo que defiende quiere coger el balón tiene que recuperarlo del contrario -dice Galtzagorri en equilibrio sobre una silla para alcanzar la cazuela que está en la balda superior del armario de la cocina de la sociedad-, tiene que hacer todo lo posible para arrebatárselo antes de que el otro equipo monte su jugada.

-Por eso en los rucks hay que emplearse a fondo, dentro de las reglas, para disputar el balón, aunque tenga ventaja el equipo atacante que lo puede esconder o sacar con cierta facilidad pero a veces se puede provocar que haga un retenido y que se les pite un golpe de castigo.

-A veces no hay que meter jugadores e impedir así que se forme el ruck para ir a por el portador del balón -Galtzagorri ya ha descendido y se dispone a lavar el utensilio-, pero eso hay que entrenarlo durante la semana, que los jugadores se acostumbren a leer las situaciones y decidan pronto.

-Así es la vida, siempre hay otro que tiene lo que necesitas- El Barón de la Florida le quita la cazuela a Galtzagorri y la pone sobre el fuego-, y hay que arrebatárselo de buenas maneras, dentro de la ley eso sí, siempre que el otro también respete el reglamento, claro.

La leche de vaca se está calentando y el Barón ha troceado unas exóticas tabletas de chocolate que va añadiendo mientras revuelve con un cucharón.

-Haría falta leche de búfala para añadir a este chocolate indonesio -sugiere Galtzagorri embriagado por el aroma-, pero hoy te vamos a dar un Máster, enmarcado incluso, por esta merienda.

-Es que en el chocolate de Landare se aprende mucho pero, sobre todo, a que la victoria requiere esfuerzo y cabeza, aunque sea para saber dar algún coscorrón en la melé espontánea.