No es la tele medio solidario. Por eso, llamó la atención que el pasado viernes el equipo de Más vale tarde de La Sexta, se hiciera eco de la campaña Sick of Waiting (enfermo de esperar). Esta plataforma viene recopilando historias y testimonios de los inmigrantes que están atrapados en campos que más parecen de concentración que otra cosa. Desde estas líneas también se quiere contribuir al éxito de Sick of waiting por el que se trata de recoger tantas firmas como sea posible antes del 28 de junio. El objetivo de esta iniciativa es el de presentarlas en el Parlamento Europeo para que, desde aquí, darle otro toque a Europa para que asuma de una vez los compromisos que había aceptado y que a día de hoy no ha cumplido. Todavía se está a tiempo para darle la vuelta a la situación ya que hasta el 30 de septiembre no se agotaría el plazo que se autoconcedió el Consejo Europeo. Europa no va a poder justificar otro incumplimiento sin que los ciudadanos de aquí nos levantemos. A no ser que esa creciente subida de la extrema derecha por estos lares, tenga que ver con el ocultamiento mediático de esta tragedia vinculado al temor de algunos a la inmigración. También es cierto que todavía somos mayoría quienes creemos que la solidaridad no puede entender de fronteras, como ya demostró a final del año pasado Begoña Huarte que fue detenida junto a Mikel Zuloaga. Ambos no se quedaron de brazos cruzados y trataron de montar en un ferri su autocaravana con ocho refugiados, para sacarlos al menos de aquel infierno. Cinco meses después, con todos los rigores del invierno padecidos, han cambiado las temperaturas y que algunos dirigentes europeos ya no sepan a dónde mirar para que no se les note su renuncio. Gestos como los del equipo de Mamen Mendizabal llaman la atención de un continente que tiene que jugar el partido de Champions de la solidaridad en su propia casa y, joder: no hay manera ni siquiera de comenzarlo.
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