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UPV/EHU: responsabilidad y autoestima

el próximo jueves 24 nuestra Universidad pública someterá a votación la única candidatura presentada a estas elecciones, encabezada por una excelente profesora, Nekane Balluerka. Ha dado un paso valiente, con un equipo y un diseño de distribución de funciones que demuestra hasta qué punto conoce nuestra Universidad y el papel que debe desempeñar dentro del sistema universitario vasco. El nuevo equipo rectoral tiene muchos retos pendientes, y necesita por ello del apoyo de todos los que integramos la UPV/EHU, empezando por el de la participación electoral, muestra de compromiso y de responsabilidad frente a la apatía o el desánimo.

Gracias al apoyo de nuestra sociedad tenemos una muy buena Universidad pública, con un alto nivel de formación de los docentes, personal de apoyo y PAS experimentados y equipos o grupos investigadores potentes. Ello no solo no debe frenar nuestra laboriosidad bajo la autocomplacencia, debe motivarnos a seguir trabajando duro, conscientes de que la formación y la empleabilidad de nuestros jóvenes depende en buena medida de que asumamos con motivación y profesionalidad cada clase, cada labor académica, cada investigación.

La relación con el Gobierno

Vasco debe basarse en términos de colaboración, de impulso de iniciativas que proyecten su operatividad sobre el sistema universitario vasco, porque lo público en general y la universidad en particular no sabemos mostrar nuestras potencialidades a la sociedad a la que nos debemos. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional para hacer ver a nuestras familias el esfuerzo que realizamos para llegar a esa meta de excelencia, que nunca deja de marcar retos.

Hoy más que nunca es necesaria una Universidad pública potente, firme, consciente del reto que representa atender al objetivo prioritario de formar a nuestros jóvenes para civilizar colectivamente el futuro, el de ellos y el de nuestra sociedad. Los valores de entrega, de dedicación, de motivación, de búsqueda de la calidad y de la eficiencia han de inspirar nuestra actuación como universitarios. La UPV asume estos retos, lleva ya mucho tiempo trabajando con pautas de ilusión, de excelencia y de servicio social.

Ha modernizado su estructura, ha adaptado su oferta a las nuevas exigencias europeas, sin perder su identidad, ha euskaldunizado casi en su totalidad su oferta (hay trabajo pendiente todavía), garantiza la formación en idiomas, aporta todas las nuevas herramientas metodológicas de aprendizaje a sus estudiantes, internacionaliza su oferta formativa y refuerza su apuesta por la calidad.

Antes como antiguo estudiante y ahora como profesor integrante de nuestra UPV y como padre confío la educación de mis hijos a esta Universidad. Confío en ella y en la titánica labor de cambio, de adaptación a las nuevas circunstancias, de ilusión y responsabilidad por el trabajo bien hecho. Casi siempre lo público se vende poco y mal en la sociedad. Hay que reivindicar el papel de quienes trabajan para que el futuro exista, no se quede en un negro nubarrón pesimista. No puede ni va a haber una generación perdida. Y el trabajo diario de los profesionales de la docencia, de la gestión y de la administración de nuestra UPV merecen el reconocimiento, el apoyo social y la confianza en que su trabajo siga dando frutos que eleven más si cabe el nivel formativo y profesional de nuestros jóvenes.

Frente a cierto desánimo social, hay que enviar un mensaje de motivación, de ilusión a quienes han iniciado o van a hacerlo esta andadura vital que supone la formación superior. Es la llave para lograr un empleo estable y digno. No es ninguna varita mágica, pero sin duda ayuda, y mucho, frente a quienes carecen de tal formación. Y la UPV está hoy día mejor preparada que nunca, a lo largo de sus años de existencia, para asumir, aceptar y hacer realidad ese reto educativo superior.

Nuestro tejido empresarial vasco necesita, más que nunca, una verdadera y mayor interacción entre empresa, sociedad y universidad. Empresa y Universidad responden a culturas, valores y misiones diversas, pero deben coordinarse más y mejor, deben ir de la mano, deben apostar por la superación de modelos de gestión que les convierten demasiadas veces en compartimentos casi estancos dentro de la sociedad.

La UPV lo ha comprendido perfectamente, y esa filosofía es ya realidad en nuestras aulas universitarias de los tres campus. Hay que profundizar en esta senda.