los famosos guiñoles de la tele francesa están a punto de desaparecer. Aquellos que se hicieron famosos por estos lares por sugerir el doping de distintos deportistas españoles y que tanto revuelo e indignación causaron por aquí. Claro, los guiñoles, como los niños y los borrachos, se pueden permitir el lujo de decir la verdad aunque se equivoquen como parece que era el caso. Lo cierto es que los espectadores franceses se han movilizado para que el nuevo propietario de Canal Plus Francia continúe con uno de los programas más antiguos de la televisión francesa, que nació al final de la década de los 80 y que tuvo su réplica aquí, aunque duraron menos. Decía ayer El Gran Wyoming que los españoles no saben reírse de sí mismos. Y se podría añadir que tampoco dejan que se hagan risas de sus mitos. Da igual que sean deportistas, políticos o majestades. En Francia parece que el tema del humor en la tele se lleva mejor, aunque esta crisis de sus guiñoles podría significar que el producto ya está casi agotado. Parece que en vez de retirarlos de la programación lo que van a hacer es espaciarlos más. En lugar de aparecer todas las noches, la idea es que el programa sea semanal. Algunos dicen que, de cualquier forma, los días de los muñecos están contados. Y hablando de Canal +, que sepan que desde ahora ya se llama Movistar+. No me digan cómo lo han hecho técnicamente. Dicen que los de una y otra plataforma la reciben sin mayor problema que un ligero cambio en el dial. Lo cierto es que han arrancado fuertes: el viernes mismo Telefónica compró por 600 millones los derechos del fútbol para las liga 2015/16 y tendrá la exclusividad de venderlos en el estado mientras que los de Mediapro lo podrán hacer en el extranjero. Parece un negocio redondo, aunque si lo piensas bien tampoco es tanto: es como comprar seis jugadores de esos que cada verano compran el Madrid y el Barça. Y encima ni tan siquiera van a tener un guiñol con el que echar unas risas.
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