La tele pública, a nivel autonómico o estatal, lo tiene difícil para competir con posibilidades y éxito en el campo de las ofertas televisivas con ingresos publicitarios cercenados y escaso margen para seducir a productoras de series, concursos y programas varios, casi siempre copados por las privadas, que dominan con claridad a la hora de comprar y programar. La posesión de derechos de retransmisión de grandes eventos deportivos todavía le permite cierta holgura a la cadena estatal pública para competir y así pruebas deportivas como ciclismo, Champions o deporte internacional son alimentadoras de audiencia en la dura pelea de la competencia del supuesto libre mercado. La tele pública estatal ha aguzado ingenio y encontrado un filón que puede crear parroquia sobre todo en los amantes del cine, ya que TVE ha comenzado aventura televisual que puede darle buenos y duraderos frutos de audiencia con el comienzo de la emisión semanal de una película-hito en la historia del cine carpetovetónico. La mítica cinta Bienvenido Mr. Marshall, de Luis García Berlanga con guión de Mihura, Bardem y el propio Berlanga, inauguró esta oferta que debe de ser complementada con creativa promoción y programas de apoyo, que en la televisión moderna son motores de notoriedad y captación y fijación de la audiencia. La justificación de la legitimidad de una tele pública está en potenciar la cultura y su difusión social y a ello puede contribuir el buen cine; y el cine que ha hecho historia como la película de Berlanga, idónea para comenzar estas sesiones en la pequeña pantalla. Los gestores de TVE quieren mantener esta oferta durante tres años, empeño loable que debe superar nichos de minorías aficionadas al séptimo arte y buscar el gran público, porque es oportuna posibilidad de conocer nuestro pasado a través de obras de otros tiempos. Cine en blanco y negro; historia viva del ayer.