los dineros son el problema -me decía el amigo Hiruntchiberry el sábado, cuando nos alejamos de los anodinos actos del Bicentenario-, si en Hegoalde se quiere contar con la colaboración del rugby de Iparralde, los del otro lado tenemos que ganar dinero. Están muy bien esas oenegés como Euskarians, la Academia Vasca del Deporte?, pero si no hay beneficios, nunca se llegará a algo serio y el ego de Hegoalde más vale que se olvide de nosotros-.

Sin embargo, hay una colaboración seria entre las federaciones de ambos lados, a pesar de que el profesionalismo parece monopolizar, para muchos, la imagen del rugby en Iparralde. En el otro lado creen tener la mejor liga de clubes, o al menos la que más gasta en salarios y que, sin embargo, no genera unos ingresos superiores a sus costes, por tanto, se sostiene en financiaciones públicas más o menos encubiertas, y -según Hiruntchiberry-, en la erección.

-¿Por qué crees que los mecenas se gastan esas fortunas en sostener equipos que son una ruina? Por? (A mí tampoco mi ama me dejaba decir ese verbo). Ese ego de ser el dueño de tal o cual equipo en realidad se traduce en erección, así somos los tíos ¿Cuántas mujeres ricas se gastan sus dineros en un equipo? Y cuando al tipo le llega la pitopausia deja abandonado al equipo de su vida-.

Mientras, en nuestro rugby tenemos otros temas: esa Supercopa que tiene que reventar Altamira y ese trabajo que, como todos los años, se ha iniciado ya en el rugby base por los mecenas de verdad, los que ponen lo que son más que lo que tienen.