HaY una manera de hacer televisión que más parece envidia que otra cosa. Me refiero a la contraprogramación en cualquiera de sus variantes. Unas veces es a costa de proponer un tema como quien manda un ejército a la batalla y otras es todo lo contrario: tocar retirada de un programa que se sabe que no va a poder contra la competencia. Ahora Telecinco se saca de la chistera el regreso de los reportajes bajo el título de Materia Reservada. Lo reemplazan como si fuera un jugador de fútbol que lo reservan para partidos más trascendentes. Se temen una derrota total contra Número uno de su sempiterno rival Antena 3, que agota ya el tramo final de su concurso de cantantes. Ese invento que es una mezcla entre el karaoke y Mary Poppins, donde el jurado tan pronto reprende como se pone a bailar y cantar con el concursante. Ojo que no me parece mal que las cadenas se pongan la pilas. No. Lo que no entiendo es la escasa confianza en su producto. Desde luego Telecinco ha demostrado ser una consumada especialista en calentar de hoy para mañana cualquier tema. Y para ello lo mismo saca a relucir la enésima ruptura de Belén Esteban o, si hiciera falta, el posible embarazo de Marujita Díaz, aunque suene muy fuerte al escribirlo.
Hay otras razones para decidir cambiar de idea y proponer otra cosa. Lo hizo TV3, que en homenaje al fallecido escrito Emili Teixidor programó el filme Pa negra, basado en una de sus novelas. Hay otras técnicas de desprogramar ipso facto, como la que pusieron en práctica en TVE con Pepa Bueno, que se ha ido del Telediario 2 sin poder despedirse. Eso puede que no sea contraprogramación, pero lo cierto es que han quedado igual de mal que los de Telecinco cuando sacaron del armario a la Pantoja.