Síguenos en redes sociales:

Todos muertos

NoS vamos a quedar con los misterios sin resolver de Gran Reserva. La intriga de los crímenes y los cuernos entre los Cortázar y los Reverte se va a difuminar como los atardeceres en las lunas de Júpiter que viera aquel famoso replicante de Blade Runner: lagrimas entre la lluvia. Es como si de pronto de la DOC Rioja desaparecieran un par de añadas y pasaran de la cosechas de 2011 a la de 2013. Eso es lo que ha hecho TVE, dejar algunas series sin anotar en su balance para cuadrar las cuentas de 2012. Además de la serie que con tanta mala leche protagonizara Emilio Gutiérrez Caba, hay otros clásicos que corren peligro de que no les veamos el pelo. Lo digo por Cuéntame y por Águila Roja, la serie favorita Juan Carlos, cuando no está de cacería claro. ¡Hay que joderse! El problema de estas decisiones es que, además de dejar de pagar a quienes las han hecho, a la mercancía audiovisual le pasa un poco como al pescado, que además de tener fecha de caducidad, su retraso en la exhibición acaba oliendo. TVE ha sido la responsable de que el mercado de la ficción fuera hacia arriba a fuerza de series como las citadas y otras que despuntaron. Esta apuesta por aprovechar los recursos le salió tan bien que ahora nadie entiende que se esté trabajando en su desaparición. Ahora que el cine como industria está vislumbrando su difícil futuro, la televisión aparecía como uno de los caminos que los profesionales podían tomar. El panorama es desolador. Dicen los de la productora de Gran Reserva que solo mantener los platós de las bodegas les sale por 25.000 euros al mes de alquiler. Ya ha llegado al momento de tomar decisiones radicales. Ya ven: todos pensando en qué nuevas traiciones nos presentarían esta nueva temporada y resulta que la crisis se nos ha colado como el guionista más atrevido. Reverte y Cortázar, los va a matar a todos.