Nobel y Morgade
vargas Llosa ha debido de tardar un par de décadas en parir su ensayo La civilización del espectáculo. Si el premio Nobel se hubiera puesto a la tarea mucho antes quizás ahora no tendríamos la televisión que nos merecemos. Dice que el intelectual desaparece gracias a la cultura del espectáculo. El protagonismo de filósofos, científicos y escritores lo tienen ahora los modistos y los chefs. Está claro que Vargas Llosa no ha seguido la carrera televisiva de Eduard Punset, el que ha socializado el concepto de las "moléculas", ni a Leopoldo Abadía en su brillantes resúmenes de como entender de macroeconomía a fuerza de contemplar el microcosmos de la tortilla de patata en la economía familiar. Ambos han sacado partido a sus dotes de comunicación y han puesto al servicio de todos su formación humanística. Vargas Llosa, a la hora de anotar profesiones, ha omitido en su obra otro gremio, además de los que se dedican a la gastronomía y la moda, que afortunadamente han sustituido a los pensadores: los cómicos. Los cómicos son ahora los grandes (puede que sean los únicos) creadores de la televisión. Pero una cosa es la risa y otra diferente la frivolidad. Uno puede escribir como Manuel Azaña en defensa de la república o echar una risas con los chistes que se van haciendo sobre la caza real de elefantes en Botsuana. Y ambas son compatibles ¿No? Por cierto, ¿vieron el primer programa del regreso de Buenafuente a Antena 3? Llegué tarde y no vi ni rastro de Ana Morgade, y eso que había convención de cómicos haciendo una versión de La Casa de Bernarda Alba. ¿A que lo de cancelar el programa y cambiar de cadena fue una pura excusa para prescindir de la Morgade? En aras de la civilización, Buenafuente debería fichar como monologuista a Vargas Llosa y, para compensar agravios, poner a Ana a escribir novelas.