NO llegan buenas noticias desde TVE. Lo último es eliminar 59 segundos. Uno de los programas de debate que daban el poco aire de imparcialidad que esta cadena le fue ganando al cerrojazo que en el que el PP la había dejado en las legislaturas de Aznar. Dicen que la medida es para no pagarle a Globomedia los 107.000 euros por los derechos. Una medida que no se cree nadie, sobre todo porque estamos hablando de que la tijera del PP tiene que cortar 204 millones de euros. Es una pena que se calcen este programa. Independientemente de la elección algo repetitiva de sus invitados, tanto políticos como periodistas, lo cierto es que su presentadora María Casado había conseguido lo más parecido a la perfección en el ritmo, la improvisación, la imparcialidad y el buen rollo entre los invitados. En un formato que es todo un clásico y que lleva ya ocho años de experiencia. Posiblemente este micrófono que sube y baja, como la confianza en el sistema o la líbido de buena parte de los espectadores, ha sido uno de los ejemplos de televisión pública en los últimos años, a pesar de los olvidos fragantes que ha tenido y que, de alguna manera, también lo han inhabilitado como herramienta democrática. Pero lo peor está por llegar. Dicen que el nuevo espacio será parecido y que también los conducirá la perfección rubia de María Casado, pero que la preeminencia de los temas políticos dará paso a esos temas económicos que tanto nos preocupan. Y qué miedo dan desde el Partido Popular cuando para manejar la televisión pública proponen hablar de economía. Recuerda a aquella famosa frase de Franco dirigida a uno de sus ministros. El Caudillo decía: "haga como yo y no se meta en política". Vamos la misma consigna que les han dado a quienes hagan el programa que sustituya a 59 segundos.
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