ESta vez Juan Carlos mandó callar a Sofía que le pedía ir a escuchar música. El Rey quería decir que el paro juvenil le quitaba el sueño. Si lo que quiere es ir colocando ya por ahí a sus nietos los puede mandar a Eurovisión que es lo que le quería decir la reina. Allí le espera el asesoramiento de José Luis Uribarri anticipando que Portugal nos dará la máxima puntuación. Este año la representante de Portugal se llama Luisa Sobral y ya les adelanto que es mi candidata. Más que nada por que su música no tiene ninguna pretensión festivalera y es como una versión tranquila de la música norteamericana que mezclaba la voz con el jazz y anticipaba el pop. La artista portuguesa acaba de sacar el disco `The Cherry On My Cake y su puesta en escena típica de mediados del siglo XX propone normalidad. Lo cual se agradece en los vídeos que acompañan las canciones que compiten en este festival. Si algo se debería valorar a la hora de elegir una canción es que represente un poco el espíritu, el lugar y a la gente. Pero nada de esto ocurre. Es lo que ha pasado con el último anuncio de Loewe, que antes de que llegara a pagar en los espacios publicitarios de las cadenas se ha convertido en protagonista de las redes sociales porque habla, o sea, de un tipo muy superway de chavales. Vamos que el vídeo se basa en el sector rico de la juventud (por cierto muchos de los actores hijos de conocidos progres de toda la vida) para hacer del pijerío una tendencia universal. Vincula a los jóvenes con el de lujo que en estos momentos de crisis abismal representa la tiranías de las marcas caras. Un despropósito criticable si no fuera porque la marca está leyendo el mercado y este ha detectado que la crisis y el paro juvenil se sigue camuflando detrás de las ropas de marca. Estoy con Sofía: el rey debería mandarlos callar un rato.
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