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Juicio chivato

uNA de las primeras medidas que se inventó Rajoy en su guion para la legislatura fue una de esas historias para no dormir que tanto gustaban a Alfred Hitchoock y Chicho Ibáñez Serrador. Se trata del filme de miedo que va de una prorroga alegal de la vecina central nuclear de Garoña. Y me viene esto a la cabeza porque ayer fue una gozada ver por la tele las imágenes de la demolición de las torres de refrigeración de la central eléctrica inglesa de Richborough Power Station para convertirla en un parque natural. Y es que ya es mala suerte que por aquí tengamos que padecer durante más tiempo la presencia inquietante de ese viejo y achacoso monstruo nuclear que amenaza fundir cualquier día la zona norte de la península Ibérica.

Pero ya que de momento no podremos asistir a la demolición de Garoña y a la espera de que alguien actúe de oficio contra ella, sí podremos conocer por adelantado las decisiones del guion de Mujeres desesperadas. Resulta que un productor ejecutivo de la serie lo desveló en mitad de un juicio a preguntas del abogado: ¿no es menos cierto que el protagonista de la serie muere el próximo domingo? Y contestó que sí ya ven: hasta los todopoderosos ejecutivos temen el pesado mazo de la ley. Todo el giro que da la serie sale a la luz en los tribunales y en consecuencia se sabe que este domingo morirá Mike Delfino. Para los que no sigan la serie comentar que en el juicio quedó demostrado que uno de las herramientas que manejan en televisión contra la crisis es la muerte. Dicho en términos televisivos: ¿y no es más cierto que para ahorrar costes se mata a los protagonistas? A ver si Rajoy aprende técnicas de guion y de ahorro: se calza Garoña y de paso esa reforma laboral, que ésa, ésa sí es una peli de miedo.