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Tercer grado

Ana Pastor es una joven y aguerrida periodista que comanda el informativo mañanero de la cadena pública estatal, Los desayunos de TVE, donde ejerce una práctica profesional descarada, segura y certera que va creando estilo y dibujando una personalidad periodística que de no quebrarse se consolidará como valor de referencia de la cadena. La citada periodista cuenta ya con algunas muescas en su haber profesional, como la seria y construida entrevista al presidente iraní, Ahmadineyad, con la anécdota del velo deslizado de su cabeza, circunstancia que no corrigió a pesar del incumplimiento protocolario, o su acerada entrevista a Dolores de Cospedal, que levantó las iras del PP poniendo en marcha una minicampaña contra la forma de hacer de esta periodista a la que se consideró como persona non grata para entrevistas a miembros de este partido. Pastor y sus jefes siguen defendiendo que practican y amparan la libertad profesional de la entrevistadora y ella sigue cimentando su peculiar manera de inquietar a los entrevistados y someterlos a una especie de tercer grado que ciertamente no es lo más adecuado para conseguir información, que eso es básicamente lo que pretende el género periodístico de la entrevista que es su principal artillería profesional. En las facultades se explica que la entrevista se basa en un pacto de comunicación no escrito entre entrevistado y entrevistador, que no debe quebrarse, en cuyo caso naufraga la entrevista o comienza el circo mediático. Se habla de periodismo incómodo, cuando debiera practicarse el periodismo crítico como garantía de los derechos a ser informados en democracia. No se trata de molestar; se buscan opiniones, criterios e informaciones que posee el invitado. Ana Pastor se columpia en ocasiones y corre los riesgos de quien juega al límite, que es un modo de hacer periodismo.