Argelia es un país hermoso, que merece la pena conocer. El presidente de España, Pedro Sánchez, corre al amparo de Francia, de su amiguito Macron, que es francés y Francia tiene mucho pecado que redimir con Argelia. Sánchez es castellano y los argelinos no tienen nada que ver con Castilla y mucho con el Sáhara. Son muy distintos y pueden hacer que le salga el tiro por la culata, porque quiere hacerse amigo de Mohamed, el sátrapa de Marruecos, al que acaba de regalar el Sáhara con todas sus riquezas, robándole por la cara; y eso los argelinos no se lo van a perdonar. No todo es dinero, y espero que los argelinos se lo demuestren. En lo poco que les conozco en las formas de reaccionar, ante abusos flagrantes, reaccionan radicalmente. Al tiempo. La Francia colonial les enseñó mucho.