Hace días, en un acto del PP en Baleares, su líder, Pablo Casado, dijo a los asistentes que estuvieran tranquilos porque ellos no hablaban catalán (al parecer, debe ser nocivo) sino mallorquín, menorquín, ibicenco... Sería de tontos negar las particularidades que en cada lugar tienen los diversos idiomas y el español, por extensión, es de los mejores ejemplos, pero que, al parecer, se escapa a los conocimientos que en esta materia debe tener el señor Casado porque nunca le hemos oído decir que en Cuba se habla cubano; en México, mexicano, o en Perú, peruano. Nada nuevo. Una más.