Estimado Iñaki de Mujika: soy un habitual lector de tu sección El beaterio en NOTICIAS DE GIPUZKOA. Me gusta cómo lo haces: artículos amenos, muy bien redactados (cosa cada vez menos habitual, por desgracia), con un estilo propio que capta inmediatamente la atención del lector. Pero el pasado lunes, día 22, en el artículo Respuesta inmediataRespuesta inmediata, con la intención de reflejar el desánimo ante el resultado del partido de la Real ante el Manchester, escribiste "acabé con la cabeza como si escuchara un agotador concierto de bombardino".

¡Amigo Iñaki, ¿¡a dónde vas!? Desde la cordialidad más absoluta, he de decirte que el bombardino es un instrumento maravilloso, con un bello sonido, único e incomparable. Un instrumento que, te aseguro, transmite bienestar y serenidad.Cuando era niño, hace muchos años, solía escuchar embelesado a la Banda de Música de mi pueblo, Elgoibar. Había allí un instrumento cuyo nombre desconocía, pero que llamaba mi atención por su precioso sonido y porque normalmente hacía una voz totalmente diferente a la melodía (luego supe que esa voz era el "contrapunto"). También conocí su nombre: el bombardino.

Me prometí a mí mismo que algún día aprendería y tocaría ese maravilloso instrumento. Y así fue. Hace más de medio siglo debuté en aquella Banda que tanto me cautivaba, por supuesto, con el bombardino entre mis brazos. Era plenamente feliz. Desde entonces, la música ha sido la ilusión y la pasión de mi vida.Amigo Iñaki, te animo a que sigas por la misma senda, con ese estilo tuyo que tanto nos gusta. Pero cuando quieras explicar algún momento bello, de gran felicidad, utiliza el símil del bombardino. Acertarás plenamente. Con la mayor cordialidad y sin ánimo alguno de molestarte, te envío un muy afectuoso saludo.