Nueve meses, nueve meses de pandemia, las oficinas de los servicios públicos cerradas y muchas empresas con los trabajadores desde casa teletrabajando. Mucho se ha hablado en los medios de comunicación del cambio a la era digital de las empresas y su adecuación al teletrabajo. Muy poco o nada se ha comentado de la adecuación de las administraciones públicas a la teleatención.Debido a asuntos personales, me ha tocado gestionar temas en la Seguridad Social y en la DGT. ¡Sorpresa! Cada una de estas instituciones públicas tiene un sistema de firma diferente (autofirma y prosa). ¿Por qué? ¿Tan difícil es facilitar las cosas a los ciudadanos? Recordemos que vivimos en un país donde un gran porcentaje de población no ha vivido nunca con un ordenador.Una semana para una gestión de cambio de domicilio fiscal del coche (que aún está en el tejado de la DGT) y tres meses llevo para que mi hija sea inscrita en la Seguridad Social. Aún ayer, cuando ella hacía tres meses y dos días, recibí una carta informando de que le van a retirar la asistencia sanitaria por no estar inscrita. Por cierto, tengo 36 años, estudios de ingeniería superior y máster. No lo digo por dármelas sino para que se vea la odisea que ha pasado un nativo digital que trabaja con ordenadores y que empezó su contacto con la informática con ocho años con un 386. Este es el país de la Industria 4.0 y el país pionero y puntero en el 5G.