Acabo de leer en el Noticias de Gipuzkoa del 5/12/2020 que Arantxa Tapia pretende “regalarnos” varios parques eólicos más en nuestra geografía durante la presente legislatura. Después de la industrialización masiva de los años 60 y después del ladrillazo de los 90-2000, todos los valles de Gipuzkoa y Bizkaia quedaron saturados de casas, carreteras, zonas industriales, hipermercados y demás infraestructuras. Con la época del ladrillazo fui testigo de la desaparición de bastantes praderas y bosques. Sólo nos quedan los montes y la provincia de Álava. ¿Qué zona va a elegir la señora Tapia y su equipo para destrozar? ¿Gatzume, al lado de Ernio, uno de los paisajes guipuzcoanos mejor conservados? ¿Mandoegi en la muga con Navarra, para seguir el (mal) ejemplo de nuestros vecinos y hermanos? ¿La sierra Sálvada, en Orduña? ¿O quizá va a dedicarse a estropear Álava, ya que todavía se conserva bastante bien? ¿Qué emplazamientos elegiría en esta provincia? ¿La sierra de Arkamo, para terminar de destrozar los alrededores del precioso valle de Kuartango, ya tocado con el parque eólico de Badaia? ¿El monte San Cristóbal para estropear el valle de Arana, hasta ahora paradisíaco? ¿La sierra de Ioar, ya tocada en su parte navarra? ¿Los montes de Vitoria? Estoy citando lugares que han sido propuestos antes para construir parque eólicos.Toda la mitad sur de Navarra la han llenado de estos parques. Era un paisaje que antes me transmitía tranquilidad y ahora me produce una mezcla de tristeza y rabia. ¿De verdad vamos a repetir lo mismo en Euskadi?Y no me vengan con eso de que los parques eólicos no contaminan. Aparte del enorme impacto visual, para hacerlos se necesita construir una pista de cemento por toda la cresta cimera. ¿Se creen que a algún aficionado a la montaña le van a quedar ganas de volver a una sierra decorada con cemento y molinos de viento? He disfrutado mucho andando por los montes de nuestra geografía y me gustaría seguir haciéndolo, y que nuestros hijos e hijas también lo hicieran. Piénselo bien, señora Tapia, porque de usted y su equipo dependen que nuestros montes sigan siendo los lugares naturales que han sido hasta ahora, o que se transformen para siempre en una zona industrial más.