Ha fallecido Willy Kuijpers, profesor y diputado nacionalista flamenco durante muchas décadas. Le conocí en 1972, nada más llegar a Bruselas como refugiado, huyendo de la España franquista. Pasar de vivir la asfixia de un régimen dictatorial a una democracia era empezar a disfrutar de un nuevo mundo y Willy se convirtió en uno de mis referentes por su gran cultura, su actitud vital en la defensa de los valores y derechos humanos y su enorme lucha por la recuperación lingüística de todos los territorios flamencos. Por formar parte de un comité de parlamentarios solidarios con la causa palestina, fue invitado a una recepción que a tal efecto se convocó en la embajada iraquí. En plena recepción, delante de todos, preguntó por lo que Irak estaba haciendo con el pueblo kurdo. El embajador le invitó a visitar Irak y, una vez allí, tras escuchar la versión oficial, se escapó de sus anfitriones para conocer in situ la otra versión, la del pueblo kurdo, por lo que fue detenido y expulsado de Irak.En 1975, encontrándose Euskadi bajo un estado de excepción, acudió al Aberri Eguna de Gernika junto con mi otro gran amigo Walter Luyten, mostrando a la salida de misa una ikurriña y la bandera de la Unión Europea. Ambos fueron detenidos por la Guardia Civil e interrogados por Tejero en Bilbao, para ser expulsados después y conducidos en un avión militar a Bruselas. En 1976 también fueron detenidos y expulsados de Francia por participar en un acto en contra de las expulsiones de refugiados en Saint Jean de Luz.Su compromiso social y el de su esposa Lieve con la población de su zona electoral eran evidentes. Recuerdo un momento en el que en su casa vivían sus tres hijos junto con otros dos niños, cuyos padres tenían un grave problema de salud que les impedía atenderles adecuadamente, un estudiante de medicina y una joven a quien sus padres no le permitían una relación con su novio. Mi propia hermana y su marido estuvieron en su casa hasta que se resolvió su permiso de residencia, tras una orden de expulsión. Esta faceta humana les definía a Willy y Lieve. Desde estas líneas un fuerte abrazo y mis condolencias a esa gran familia.Vino a Catalunya y a Euskadi en el año 1978 y se entrevistó con los partidos, sindicatos e instituciones y, en un encuentro que tuve con él, me dijo, con gran pesar, que me daba un disgusto, pero que los vascos no recuperaríamos la lengua. Algo vio en aquellas entrevistas que le llevaron a formarse esa opinión. Cuantas veces he recordado estas palabras suyas y su pesar. No en vano su lucha lingüística se caracterizó por no ceder nunca en su determinación de hablar su propia lengua en territorio flamenco.