Ambas situaciones anímicas están presentes hoy en nuestra sociedad debido a la aparición de ese virus, que hemos sido capaces de coronar, y que hoy lo hemos bautizado como el bicho, y que atormenta a una gran mayoría y deja escéptica a una gran minoría. Sobreponerse al miedo es relativamente más fácil que superar la tristeza, este sentimiento de dolor que nos encoge el corazón. Ante el desarrollo que va teniendo esta pandemia, predomina la preocupación, que a unos genera miedo y a otros tristeza, y a los más pesimistas, ambas cosas. Otra situación anímica que se está dando, a los que ven arruinar sus negocios, es la del cabreo, pero quizás esta sea la más fácil de combatir con unas buenas cigalas y un buen txakolí. Hoy es el día que todavía no sabemos: a) el origen del bicho; b) si al laboratorio chino se les escapó o lo escaparon; c) si hay detrás de él alguna organización de las que hemos visto en películas de James Bond. En fin, que vivimos en un mar de dudas, en el que todos deseamos cuanto antes salir a flote. No hemos de perder la esperanza, que es el sueño del hombre despierto.