Estos tiempos de pandemia nos han dejado en la estacada económica. Menudo problema tenemos: endeudamiento y cada vez más deuda. ¿Europa será la solución? Ya sé que en todas partes cuecen habas, pero necesitamos más Europa, sobre todo de los países centroeuropeos. Lo que pretendo con ello es afirmar, sin falso complejo de inferioridad, que estos países se han organizado mejor que el nuestro, trabajan más, tienen una sociedad civil más vertebrada y madura, trabajan más, el grado de formación humana y profesional es superior, las diferencias sociales entre clases no son tan pronunciadas, pagan más impuestos y reciben más y mejores servicios públicos, el nivel artístico y cultural es más elevado, tienen un talante más pluralista, tolerante y respetuoso, etc.; aunque la marea populista y conservadora también está apareciendo. La Comunidad Europea va realizando su camino en lograr más fraternidad, más justicia social desde las bases de una cultura del encuentro, la participación, la solidaridad y la tutela de los derechos humanos. Los intercambios de jóvenes como las becas Erasmus, así como los centros de investigación, así como las redes de asistencia sanitaria y el voluntariado internacional son cimientos para cuidar el sentido de pertenencia. Es clave potenciar la economía circular y cooperativa, la inclusividad desde la tolerancia, el reconocimiento de las diferencias y la defensa de los derechos humanos.