El Antiguoko, que lleva el nombre del emblemático barrio donostiarra, se ha vinculado con el Athletic para los próximos diez años. He leído las declaraciones de su presidente y dice que la principal razón ha sido el marco normativo que regula el fútbol base en Gipuzkoa. Los que conocemos de cerca el fútbol guipuzcoano sabemos del procedimiento que siempre han tenido para con los demás clubes del territorio. El Antiguoko se nutre de niños con edad muy temprana no solo de la zona de Donostialdea, incluso de otras zonas limítrofes. La poca sensibilidad y ética que ha demostrado con los demás clubes debería ser motivo suficiente para boicotearle. ¿Qué culpa tiene la Real de una norma foral que es competencia de la Diputación y qué clase de solidaridad tiene este club hacia los demás? Si en la vida social y política cada entidad o grupo de personas hiciéramos lo mismo cada vez que no nos gusta una medida institucional, ¿qué tipo de sociedad estaríamos proyectando? El Antiguoko siempre se ha creído superior a los demás y nunca ha querido entender de valores y principios. Solo le ha importado tener libertad para conseguir sus objetivos, que no han sido otros que captar niños para formar y vender al mejor postor. En contrapartida, obtener más dinero a la hora de formalizar el convenio de colaboración con el Athletic y así poder mantener su red de técnicos remunerados.