Está el caer, es cosa de unos meses, la retirada del tenis de Rafa Nadal, que, a los casi 38 años, 22 títulos de Grand Slam y decenas de éxitos más, parece haber enfilado los partidos finales de su carrera, lastrada en los últimos años por las lesiones y el desgaste de 20 años en la élite. Hay pocas o ninguna duda de que Nadal está junto a Djokovic y Federer en el top tres de tenistas de la historia, pero juguemos a otro juego: ¿es el mejor deportista español de la historia? Claro, esto va también en querencias, en valoraciones en las que a veces entran asuntos también emocionales, sociales, políticos, etc, amén de los deportivos, lógico, que hacen que cada uno opinemos de manera distinta. Sabiendo perfectamente que este es un ejercicio inválido desde la partida, puesto que comparar en una lista a deportistas de disciplinas diferentes y de épocas diferentes es una locura, tampoco se hace daño a nadie, así que vamos allá. Para mí sí que lo es, sí que es el mejor deportista español de la historia. De hecho, con diferencia sobre los demás. Los demás, en mi opinión, perfectamente pueden ser los siguientes, por este orden, aproximado: Pau Gasol, Miguel Indurain, Fernando Alonso y Severiano Ballesteros, para completar el top 5. Luego, muchos podrían tener cabida: Marc Marquez, Ángel Nieto, Mireia Belmonte, Xavi, Iniesta, Casillas, Marc Gasol, Fermín Cacho, Carlos Sainz padre, Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez, David Cal, Carolina Marín, Ruth Beitia, etc, etc, etc. Un ejercicio ya complejísimo de ir numerando a verdaderas leyendas del deporte español en un hipotético ranking. Pero del que no tengo duda alguna es de Nadal. No he visto cosa parecida jamás, durante tantos años a ese nivel, siempre o casi durante 15 años en el top 3 mundial y con una mentalidad fuera de los esquemas. Le vamos a echar mucho de menos, así que disfrutemos de estos últimos raquetazos.