Hay días en que se pone uno más txotxolo de lo habitual. Será el entorno, será la gente con la que comparte la jornada o será que vuelve uno a reencontrarse con esa parte de la humanidad que logra abrirse paso entre la mezquindad y le reconcilia con la especie.

Tras una ausencia más prolongada de lo deseado, respiraba el arriba firmante ayer aires frescos, de esos que te llenan los pulmones y aportan plenitud; de los que acaban en suspiro. Aires cargados de palabras llenas de verdad, alejadas de la tramoya de la verborrea que nos rodea demasiadas veces. Palabras en voces que alimentan el alma. Ane, Kepa, María, John, Ane, Edurne... Gente premiada que nos premia con su ejemplo y compromiso. Gente que da sentido a los Hitz Sariak de Grupo Noticias.

La gala celebrada ayer te limpia el ánimo para el resto de la semana, con una actualidad de lodazal que amenaza con atascarla desde sus albores. Por cansancio o por puro agotamiento, abrazamos con obligado alivio la tregua en Gaza. Pero allí no deja de morir gente. Los mata una línea amarilla arbitraria, pintada por el ejército de Israel como excusa para justificar la continuidad de la matanza. Y los mata la mafia represora disfrazada de libertadora que es Hamás, que tomó nota de quiénes le reprocharon su estrategia sangrienta en la franja y gira facturas de plomo a su propio pueblo.

La gota que colma

OPA fallida y medallas insulsas

Sabadell y BBVA, por libre. Hay una curiosa sobreexcitación en el Gobierno de Sánchez por el fracaso de la OPA del BBVA sobre el Sabadell al que el Ejecutivo se opuso y trabó desde el principio. Ayer sacaba pecho el ministro Carlos Cuerpo, como si la continuidad de ambas entidades por libre fuera a disparar el PIB, a desplomar el paro o a enriquecer a la ciudadanía. Son medallas insulsas, que no dan gusto al menú bajo en sal que es hoy la economía. Seguirán siendo dos buenas entidades financieras que harán dinero para sus accionistas y, para lograrlo, serán agentes útiles para el crecimiento. 


A tanto aroma a muerte se suma la peste de podredumbre que sigue desprendiendo el ‘caso Gürtel’. La trama que nació de las entrañas del PP encara su duodécimo juicio con este partido pidiendo que se mire mejor a la corrupción ajena. La ajena siempre es peor que la propia.

Como la violencia. Al parecer, sigue colando el discurso de que la violencia ajena es peligrosísima y la propia es una reacción a la provocación. Se ciscan de risa los de La Falange cada vez que logran que les amplifiquen su presencia. Les fortalecen las razzias ‘anfifascistas’ porque las que les debilitan son las respuestas democráticas.