El empadronamiento social, en la definición del Ayuntamiento de Donostia, “es aquel en el que se empadrona a una persona en un lugar distinto al de su residencia real. Es decir, el Consistorio conoce que la persona es quien dice ser y que vive en la ciudad, pero no es posible su empadronamiento en el lugar en el que reside por diversos motivos”.
Hace unos días, en el punto de información que atiende la campaña Soy tu vecino/a, pero sin padrón no existo, se presentó un matrimonio llegado hace cuatro meses de Colombia, junto a un hijo de 17 años y una hija de 15, escapando de la violencia existente en ese país, por temor a que el chico pudiera ser reclutado forzosamente por alguno de los grupos armados que allí operan.
Llegaron a un pueblo de Bizkaia porque una amiga les prestaba una habitación de su piso alquilado donde acoger a la familia, que lleva estos cuatro meses alojada de manera clandestina –con esa palabra lo expresó la madre– sin hacer ruido, saliendo lo menos posible del cuarto por no molestar, y a la calle para que su presencia pase desapercibida, ya que quien les ayuda alojándoles está asumiendo el riesgo de perder su contrato de alquiler, ya que este no permite alojar a otras personas en la vivienda.
Cuando el matrimonio llegó a nuestro pequeño local de atención ya habían recorrido todas las instancias oficiales, no oficiales y de bienestar social de ayuda a las personas inmigrantes, sin encontrar ninguna solución, ni siquiera como solicitantes de asilo por ser huidos de la violencia.
La joven de 15 años ha podido escolarizarse pero su hermano de 17, que quiere matricularse en Formación Profesional, necesita convalidar su título de bachillerato para poder hacerlo. La madre nos contaba que el muchacho se pasa el día mirando la pared y le pide que, por favor, le encuentre donde poder ir a estudiar. Pero, y aquí está el motivo por el que esta madre llegó a nuestra oficina, el chico necesita estar empadronado para convalidar su título (como tantas otras personas para múltiples trámites y permisos).
Su madre se ha dirigido hasta cuatro veces a los servicios sociales de base del Ayuntamiento donde vive, incluso con el aval de Cáritas, para requerir el informe favorable para solicitar el empadronamiento social, pero la respuesta siempre ha sido negativa.
Por todo ello, a través de esta carta abierta, nos dirigimos directamente a Eudel (Asociación de Municipios Vascos), porque es un caso demasiado habitual de denegación de empadronamiento que debería tenerse en cuenta.
Recientemente, Eudel ha abierto un proceso para la elaboración de unos “Criterios comunes para empadronamiento en situaciones especiales” en el que participan, por el momento, técnicos/técnicas de las áreas de Padrón y Servicios Sociales de distintos ayuntamientos. Esta iniciativa es algo que valoramos positivamente pero con prudencia.
La razón es que el primer borrador presentado de esos criterios comunes, como base sobre el que realizar aportaciones, no contempla el caso de las personas que, como esta familia, viven acogidas en una vivienda en la que no se pueden empadronar.
Desde la campaña por el padrón social hemos presentado unas aportaciones a este borrador (https://erroldakanpaina.wordpress.com/materiales/) solicitando que se tomen en consideración las razones que nos mueven a solicitar la inclusión de este supuesto (vivir en un domicilio en el que no se pueden empadronar) entre otros casos especiales que, razonablemente, ya contempla la normativa de padrón para el empadronamiento en un domicilio que indiquen los Servicios Sociales, normalmente un centro de atención social del municipio, actualizando así la normativa de empadronamiento a la nueva realidad poblacional y de vivienda en la CAV.
El empadronamiento es fundamental para facilitar la inclusión social de las personas inmigrantes. Así lo recoge el mismo Eudel en su informe Harrera ehundu. Manual para diseñar políticas locales de acogida a personas extranjeras en Euskadi donde se señala acertadamente que la primera y probablemente más importante conexión intramunicipal es precisamente la de Padrón-Harreragune (Servicio Vasco de Acogida para migrantes) puesto que el empadronamiento se trata de un trámite fundamental. Asumiendo asimismo la necesidad de repensar las ideas vigentes y los mecanismos y procesos de empadronamiento [dado que] considera fundamental orientar las políticas de acogida a que los nuevos vecinos y vecinas puedan hacer uso de los servicios públicos en igualdad de condiciones que el resto de población.
Sobre la base de estos acuerdos previos esperamos una acogida entusiasta, por parte de Eudel, a las propuestas formuladas desde la campaña Erroldarik gabe izaterik ez.