El servicio europeo Copernicus ha confirmado que 2024 es el más cálido en el planeta desde que hay registros, y el primer año natural en que la temperatura media ha superado en 1,5° C el nivel anterior a la revolución industrial. Estas temperaturas globales, unidas a niveles récord de vapor de agua en la atmósfera mundial en 2024, se han traducido en olas de calor sin precedentes y episodios de lluvias torrenciales que están causando sufrimiento a millones de personas.

Por su parte, la asociación británica internacional Christian Aid ha publicado un informe en el cual viene a decir que la dana de Valencia está entre las diez catástrofes climáticas globales con mayor impacto económico en 2024, cuyas repercusiones económicas estimadas son alrededor de más de 4.000 millones de euros.

Hay diversos expertos que consideran que Christain Aid ha dado unos datos un tanto conservadores sobre las pérdidas económicas en la dana de Valencia, pues los daños económicos podrían situarse por encima de los 10.000 millones. Hay, además, cada vez más voces que defienden que se deberían contabilizar de forma más completa esos daños como, por ejemplo, teniendo en cuenta la paralización de la actividad económica, las pérdidas económicas por el turismo, el valor ecosistémico perdido, etcétera.

Estados Unidos ha sido la que más pérdidas económicas ha tenido por los fenómenos meteorológicos extremos. Las tormentas que han ido azotando el país durante todo el año han supuesto alrededor de 60.000 millones de dólares de pérdidas económicas, lo que supondría alrededor del 85% del PIB de un país como Eslovenia.

Otros lugares del mundo que salen gravemente damnificados económicamente este año a consecuencia del clima extremo son varias zonas de Asia, como China, país en el que 315 personas fallecieron a consecuencia de las inundaciones que tuvieron lugar entre junio y julio, y donde se generó un coste económico de alrededor de 15.600 millones de dólares. Por otro lado, en el suroeste asiático el tifón Yagi se cobró la vida de más de 800 personas. Las consecuencias en términos económicos fueron de 12.600 millones de dólares. Las islas del Caribe y Brasil sufrieron también graves pérdidas por ciclones o inundaciones.

En el séptimo lugar se encuentra la tormenta Boris, que ocasionó estragos en el centro de Europa llevándose un valor aproximado de 5.200 millones de dólares. En el noveno se sitúa la catástrofe que provocó las inundaciones de Baviera, en Alemania, región que perdió lo equivalente a unos 4.450 millones de dólares. Sumando estas dos catástrofes a la de la dana, la pérdida económica de Europa equivale a unos 13.870 millones de dólares.

Pero ninguna región del globo se libró de estos sucesos en 2024. Aunque el top ten se centra en los costes financieros, que suelen ser más elevados en los países más ricos porque tienen valores inmobiliarios más altos, algunos de los fenómenos meteorológicos extremos más devastadores en 2024 afectaron a los países más pobres, que han contribuido poco a causar la crisis climática y tienen menos recursos para responder.

La atmósfera tiene hoy una concentración de dióxido de carbono (CO2) de 422 ppm (partes por millón), y en 2022, los niveles de CO2 superaron los 418 ppm, frente a las 317 pp registrados en 1960. Una concentración por encima de 450 ppm, que estamos muy cerca, si se traspasa, el mundo se adentrará en un territorio no conocido en los últimos tres mil millones de años.

Incluso si hoy mismo se dejase de emitir dióxido de carbono (CO2), la temperatura de la Tierra continuaría aumentando, pues no se ha alcanzado el punto de equilibrio entre la energía que llega del Sol y la que emite nuestro planeta correspondiente a esa concentración.

La situación actual induce a considerar que no se va a poder controlar la subida de la temperatura global media de la Tierra. EEUU va a tener un presidente el 20 de enero que no tiene ninguna intención de eliminar la quema de combustibles fósiles. India, con una población que alcanza los 1.400 millones de habitantes, depende del carbón para el 70% de sus necesidades energéticas. Por su parte, China va a seguir con el carbón y el petróleo a pesar de sus esfuerzos por instalar energías renovables.

El cambio climático intenso seguirá haciendo estragos a nivel de pérdidas humanas y daños económicos, mientras no se aceleren los planes de adaptación al cambio climático. Las Cumbres del Clima no parece que vayan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero cada país, cada comunidad, y, entre ellas Euskadi, sí que pueden adoptar medidas eficaces como respuesta a los escenarios climáticos actuales o esperados.

Nada más comenzar el año 2025, nos hemos encontrado con los graves incendios que están asolando a Los Ángeles. El sur de California solía tener una temporada de incendios en el otoño, pero en esta ocasión las condiciones de sequedad y los fuertes vientos huracanados se han adentrado en pleno invierno. La intensificación del cambio climático está haciendo en California que los llamados incendios de sexta generación, tan explosivos y difíciles de controlar, sean la nueva normalidad.

Como dice el informe Copernicus, “sabemos exactamente lo que tenemos que hacer para abandonar los combustibles fósiles y hacer que las sociedades sean más resistentes a los cambios climáticos. El futuro está en nuestras manos. Un acción rápida y decisiva aún puede cambiar la trayectoria de nuestro clima futuro”.