La extrema derecha europea anda envuelta en una especie de borrachera poselectoral que ha acabado en la típica trifulca de beodos. Su teórico éxito electoral, pues, no a todos les fue bien el paso por las urnas, se ha convertido en una especie de competencia por ocupar espacios en el nuevo Parlamento Europeo. El resultado son los vetos cruzados y la incapacidad, hoy por hoy, de unir sus fuerzas para influir en la agenda de las políticas de la Unión Europea. El último episodio de este espectáculo de codazos e insultos, lo ha protagonizado Alternativa por Alemania, los ultras germanos, que pretenden crear un tercer grupo de extrema derecha en la Eurocámara bajo la denominación de “Soberanistas”. Si la iniciativa prosperara serían tres los grupos parlamentarios eurófobos y ultranacionalistas, los Reformistas y Conservadores, donde se integra Meloni y los españoles de Vox; Identidad Democrática, liderado por los franceses de Agrupación Nacional, liderados por Marine Le Pen y los hasta ahora No Adscritos, con AfD a la cabeza, donde se incorporarían los tres eurodiputados de Se acabó la fiesta, de Alvise.

Aun estamos en plenos movimientos de negociación para la conformación de los grupos parlamentarios que estarán definitivamente constituidos el 15 de julio, semana en la que se celebra el primer pleno de la legislatura en Estrasburgo. Pero de momento, en esa competencia desleal a la que se han entregado las formaciones de la extrema derecha, ocupa la cabeza los Reformistas y Conservadores ERC, que serían la tercera fuerza, tras populares y socialdemócratas, al haber sorpassado a los liberales de Renew Europe. Hasta ahora ERC contará con 83 eurodiputados, de los cuales nada menos que 24 pertenecen a Fratelli Italia, el partido de la primera ministra, Giorgia Meloni. De ahí que sea ella la que lidera la iniciativa del grupo. Ella vetó a AfD por declaraciones comprensivas con los voluntarios de las SS de uno de sus portavoces; ella se ha enfrentado a Viktor Orbán por sus devaneos con Moscú y ella se aleja claramente de las posiciones más radicales en contra del proyecto europeo común de Le Pen. Quiere un grupo menos extremo, capaz de negociar los grandes proyectos de ley de la legislatura con los populares y los liberales, e incluso, con los socialistas.

Identidad democrática

Tres han sido las formaciones políticas de extrema derecha, por este orden: Agrupación Nacional, Alternativa por Alemania y Fratelli Italia. Los franceses se han plantado en la Eurocámara con 30 eurodiputados, de los 58 que tendrá el grupo de Identidad Democrática. Han arrasado en las elecciones europeas, tanto que obligaron a disolver la Asamblea Nacional a Macron y convocar comicios generales. Ahora su objetivo es gobernar en Francia, el Parlamento Europeo es un segundo plato para ellos, pero seguro que desde Identidad Democrática tratarán de poner en evidencia el pactismo de Meloni con los populares. Ambas líderes, en realidad compiten por cambiar el actual proyecto común europeo hacia la derecha extrema. Con un único punto en común, su política antimigración, la realidad es que Meloni ya gobierna en Italia y sabe lo que es el peso de la responsabilidad en la toma de decisiones, mientras Le Pen podría hacerlo en Francia en pocos meses y eso también podría suponer un giro posibilista en sus propuestas políticas. Un ejemplo lo hemos tenido ya en campaña, pues, su candidato a primer ministro ha declarado que Francia no se opondrá a la profundización del mercado eléctrico europeo, algo a lo que se oponían los ultras galos hace muy poco.

Los disensos entre Meloni y Le Pen no son nada comparado con los desencuentros y enfrentamientos entre las formaciones políticas más radicales de la ultraderecha europea como Alternativa por Alemania o el nuevo movimiento español, “Se acabó la fiesta” liderado por Alvise Pérez, que sacó tres escaños en las elecciones europeas. Personaje que ha irrumpido en la España ultra como competencia de Vox y que esta misma semana acusó a la formación se Santiago Abascal de boicotearle en la Eurocámara. El grupo “Los Soberanistas” estaría inicialmente compuesto por 34 miembros provenientes de 7 Estados diferentes, cumpliendo así con los requisitos para formar una fracción parlamentaria en la UE: Alemania – AfD, 15 eurodiputados. Polonia – Konfederacja (6). España – Se Acabó La Fiesta (SALF, 3). Francia – Reconquête! (1). Grecia – Niki (1). Bulgaria – Vazrazhdane (3). Rumanía – S.O.S. România (2). Todos ellos ultranacionalista, xenófobos y homófobos. Si se me permite, juntos todos como en el camarote de los Hermanos Marx.