Este martes, la OCDE difundía una nueva lectura del informe PISA que se publicó en diciembre del año pasado. Lo del informe PISA ya lo conocemos: puntuar cómo van nuestros estudiantes más jóvenes en asignaturas de las de toda la vida, como matemáticas, lengua o idiomas. Pero, en esta “vuelta de tuerca”, la OCDE iba más allá: quería analizar la originalidad de las propuestas del alumnado de quince años para resolver problemas sociales y científicos. Es decir, quería comprobar si las y los jóvenes son creativos y tienen pensamiento crítico.

¿Se atreven a apostar sobre el resultado? Porque quizá nos equivoquemos en nuestros prejuicios. Resulta que sí: que, según lo analizado, nuestra juventud de quince años se defiende mejor en pensamiento crítico que en las materias tradicionales.

“¿Cómo? ¿Qué tienen pensamiento crítico?”, se preguntarán, quizá, los más críticos con la chavalería. Bueno, verán: lo que dice el informe es que tienen más pensamiento crítico que habilidades en matemáticas o lengua, orientadas estas asignaturas como siempre se ha hecho (estudiar, empollar, hincar codos, resolver problemas, aplicar fórmulas…). Y, así planteado, quizá la OCDE no nos cuente, en realidad, nada nuevo.

Porque si algo tiene nuestra juventud es capacidad para ser creativos para esquivar aquello que nosotras y nosotros no esquivábamos porque venía impuesto “y punto pelota”. Ellos saben encontrar, en miles y miles de fuentes en Internet, otras maneras de hacer las cosas. Incluso de no hacerlas (léase “hacer trabajos con ChatGPT”).

Por eso, debemos darle una vuelta a cómo nos relacionamos con ellas y con ellos, en las familias y en las escuelas. Hoy no vale decir que dos y dos son cuatro “porque sí”; es necesario entender que debemos explicarles que se puede llegar a esa conclusión por diferentes vías, y mostrarles con ejemplos por qué ese saber les será útil. Si no, lo pondrán siempre en tela de juicio. Y ahí será cuando los perdamos, cuando los informes PISA les puntúen mal y todo parezca un desastre irresoluble. Que la necesidad de puntuar en esas pruebas, por favor, no pise (con perdón del juego de palabras) ni su creatividad ni su espíritu crítico.