Las empresas cooperativas hemos celebrado esta semana nuestra Asamblea Anual donde hemos podido compartir con todo el tejido cooperativo los buenos datos del ejercicio 2023, en los que, tanto KONFEKOOP, como las empresas cooperativas de la Confederación hemos avanzado de forma importante, por nuestro nivel de penetración en el tejido económico de Euskadi, por nuestra consolidación como actores relevantes en la agenda política e institucional vasca (la materialización de nuestra presencia en el Consejo de Administración de Lanbide cada vez está más cerca) y porque el cooperativismo es un modelo empresarial de referencia para numerosas empresas y gobiernos.
En 2023 hemos mantenido nuestra base asociativa, generamos más de 61.000 empleos directos y contamos con más de 1.500.000 de personas socias. Representamos a todos los sectores de actividad: desde la industria al comercio, pasando por la educación, los cuidados, agricultura y alimentación, asesoramiento tecnológico, empresas con alto nivel de digitalización, crédito, transportes etc. Esta diversidad de empresas cooperativas y la multisectorialidad que nos caracteriza como organización, hace de KONFEKOOP una agrupación empresarial singular y única no sólo en Euskadi, también en el Estado y a nivel internacional.
Los buenos datos de las empresas cooperativas, no nos pueden hacer obviar que vivimos en un contexto de incertidumbre, donde la mirada al futuro, a veces, nos ofrece más sombras que claridad.
En este contexto y, a pesar de que la realidad es tozuda y cada día nos ofrece evidencias de lo contrario, sabemos que existen valores y principios universales a los que todo el mundo puede y debe adscribirse: ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. No es una coincidencia que sean estos, precisamente, los valores cooperativos.
Decía Jose María Arizmendiarrieta que “el mundo no se nos ha dado solo simplemente para contemplarlo, sino para transformarlo”.
El pasado año estuvo marcado por los desafíos que tuvimos que afrontar la industria vasca y la europea: los altos precios de la energía, el aumento de los tipos de interés, los conflictos geopolíticos y una disminución en el comercio internacional nos hacen replantear nuestras estrategias para seguir siendo competitivas. Sin embargo, no todo es incertidumbre, la economía mundial mostró resiliencia, cerrando el año con un crecimiento e inflación mejores de lo esperado.
En 2024 se espera una evolución moderada pero ascendente en Euskadi y la zona euro. El Gobierno Vasco prevé un crecimiento del 1,9% este año y del 2,1% en 2025, ligeramente ajustados respecto a previsiones anteriores. En el primer trimestre del año, según datos de EUSTAT, la economía vasca ha crecido un 0,5 % y un 1,6% respecto al mismo periodo del año anterior.
En el ámbito laboral, tenemos buenas noticias, Euskadi ha alcanzado un récord histórico de afiliación a la Seguridad Social en abril, con más de un millón de personas empleadas, y una disminución generalizada del desempleo en todos los sectores y territorios, reflejando mayor estabilidad económica. En resumen, la economía vasca muestra signos de recuperación y se espera un crecimiento gradual en los próximos años, pero las políticas monetarias y fiscales seguirán siendo clave para mantener esta tendencia positiva y asegurar un futuro próspero y sostenible para nuestras empresas cooperativas y nuestra comunidad.
Observamos con esperanza, cómo el futuro empresarial se vislumbra en el modelo cooperativo. Las empresas cooperativas somos generadoras de empleo estable y de calidad, innovación y cohesión social. Por eso el tejido cooperativo es un modelo de empresa que ha de ser fomentado, impulsado y protegido, por su carácter vertebrador de la economía vasca, por la riqueza que genera, por cómo la distribuye, por su capacidad de innovación, su arraigo en el territorio y su contribución a la cohesión social al reducir las desigualdades.
Con este motivo, estamos colaborando con los y las representantes de Hacienda de las tres Diputaciones Forales para que se incluyan en la actualización de la normativa fiscal, instrumentos fiscales para las empresas cooperativas.
Hemos de dotarnos de un sistema fiscal adaptado que proteja, fomente e impulse el modelo cooperativo en toda su amplitud y que no obstaculice su desarrollo. En momentos de enorme competitividad global, necesitamos que las empresas cooperativas, arraigadas en el territorio, que apuestan por la innovación y que contribuyen a la cohesión social cuenten con un régimen fiscal que favorezca la creación de nuevas cooperativas y el desarrollo de las existentes.
Se trata, en definitiva, de generar las condiciones y los mecanismos fiscales y de financiación favorables para el refuerzo del emprendimiento, la consolidación, el fortalecimiento y la productividad competitividad de las empresas cooperativas. En esto estamos y en eso vamos a seguir trabajando a lo largo de este año.