Hace un par de semanas Sus Satánicas Majestades presentaban su último trabajo original, tras la muerte de Charlie Watts en 2021. Y, hace unos pocos días, Paul McCartney y Ringo Starr ponían a libre disposición la última canción de The Beatles. A salvo de valorar la calidad musical de ambos trabajos, para eso están los críticos musicales, me resulta llamativo el regreso al futuro que hay en ellos gracias al uso de los medios técnicos actuales.
El uso de la tecnología desarrollada por Peter Jackson y su equipo ha permitido aislar los instrumentos de las voces, haciendo que se pudiera escuchar la voz de John Lennon de forma nítida en la canción Now and Then grabada hace más de 40 años en una cinta de magnética; algo que no se pudo hacer con la tecnología existente en el año 1995, cuando Paul, George y Ringo se reunieron para trabajar en las cintas magnéticas proporcionadas por Yoko Ono.
De otra manera, para grabar las nuevas canciones de Hackney Diamonds, The Rolling Stones han hecho uso de las nuevas tecnologías de la mano de Andrew Watt, un joven músico y productor que ha colaborado con artistas actuales como Justin Bieber, Steve Angello, Dj Snake y Miley Cyrus, entre otros.
En definitiva, al igual que muchos de nosotros en nuestras vidas comunes, estos octogenarios hacen uso de los nuevos lenguajes, medios y tecnologías, así como de su uso, para seguir en la brecha; y, de paso, hacer felices a muchas personas, fans, sobre todo, que se sienten jóvenes al escuchar algo nuevo de sus bandas favoritas. Solo espero una cosa, y es no volver a tener que soportar la sempiterna discusión sobre cuál de los dos grupos era o es mejor. Yo lo tengo claro, me gustan The Beatles y me gustan The Rolling Stones, y viceversa, y siempre estaré dispuesta a disfrutar escuchando sus canciones, las de siempre y las que vengan. Como dice Miguel Ríos: “El rock es un bumerang, por eso siempre volverá”.