Según los expertos, detrás de casi todos los accidentes está el error humano. Al analizar metódicamente estos accidentes, se relacionan esos errores con las características intrínsecas al ser humano, que son, entre otras, el que los seres humanos a veces cometemos errores, a veces somos descuidados, a veces olvidamos, a veces no nos damos cuenta, a veces sólo podemos pensar en una cosa a la vez, a veces tenemos prisa, a veces somos vagos o a veces transgredimos cuando nadie está mirando.
Por suerte, no todas las veces que cometemos un error causamos un accidente. Cuántas veces vamos conduciendo, tenemos un despiste sin consecuencias y pensamos “¡Uy! Un poco más y…”. En esos casos solemos ser indulgentes con nosotros mismos y nos perdonamos el descuido, porque cometer este tipo de errores es algo característico del ser humano. Igualmente, cuando vemos a otras personas que transgreden una norma que también estamos transgrediendo nosotros no le damos importancia. Si todos vamos a 90 km/h por una recta de una autovía limitada a 80 km/h, nadie saca el móvil para grabar a los demás y denunciarlos en las redes sociales. Y nadie graba a los demás peatones cuando cruzan una calle fuera de un paso de peatones o por un semáforo en rojo porque todos lo hacemos y nos parece normal si no viene ningún coche. A fin de cuentas, somos seres humanos y son infracciones sin consecuencias.
Pero hay personas de esas que van a 90 km/h o más en un tramo de 80 km/h y que transgreden las normas cuando van como peatones que no soportan ver a un ciclista saltarse un semáforo en rojo aunque la calle esté vacía o circulando por un tramo de acera aunque no haya nadie, o que graban a los ciclistas si no circulan por el arcén y luego suben el vídeo a las redes sociales denunciando lo incívicos que son los ciclistas y diciendo que no tienen derecho a quejarse de que les atropellen cuando son ellos los culpables por no respetar ninguna norma. Y es habitual que alguien comparta en sus grupos de WhatsApp vídeos de ciclistas saltándose una norma, pero rara vez pondrá vídeos de conductores o peatones haciendo lo mismo.
Seguramente en los Países Bajos, donde todos los conductores son también ciclistas, esto no ocurra. Pero aquí, por mucho que cada vez seamos más los que nos gusta andar en bicicleta, aún son mayoría las personas que sólo son conductoras y algunas son incapaces de ponerse en el lugar de quien va en bici y sigue siendo habitual leer comentarios del tipo de que los ciclistas no pagan impuestos por lo que no deberían ir por las carreteras, como si ser ciclistas nos eximiera de pagar el IRPF y el IVA (y no, las carreteras no se mantienen con el Impuesto de Circulación), o que los ciclistas vamos sin seguro (algo falso, ya que muchos están federados y los que no lo están tienen cubierta la responsabilidad civil personal a través de su seguro de hogar y, por cierto, en California y en Suiza se probó hace muchos años el imponer un seguro obligatorio a las bicicletas para que no hubiera accidentes cuyos daños los tuviera que pagar el estado al no poder identificar al ciclista responsable que se había fugado y se suprimió, ya que la administración gastaba más en la burocracia resultante que lo que se ahorraba en indemnizaciones).
En fin. Como vemos, para algunas personas se puede aplicar eso de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Transgredir un poco es aceptable si lo hacen ellos, pero no lo es si lo hacen los ciclistas. Y si esto se traduce en viralizar vídeos e informaciones de ciclistas transgresores creo que se podría hablar de una criminalización injusta de todo un colectivo. Y esto es peligroso, pues no hay más que leer algunos comentarios en redes sociales que rozan el delito de odio contra los que vamos en bicicleta.
Por ello, no nos queda más remedio a los que usamos la bicicleta que ser respetuosos con las normas para no dar más motivos a ciertas personas a criticarnos. Tenemos que pensar que cuando vamos en bicicleta estamos representando a todo un colectivo y debemos dar ejemplo.
Y quiero hacer desde aquí, también, un llamamiento a nuestras instituciones para que mantengan en buenas condiciones los arcenes de las carreteras y apliquen el sentido común al diseño de las ciudades para poder ser usadas con facilidad por las bicicletas. Los carriles bicis no son siempre la solución porque su trazado muchas veces no es el más adecuado y a veces son usados por viandantes para correr; los semáforos podrían estar regulados en muchos casos con luz ámbar para las bicicletas mientras esté en rojo para los vehículos, como se hace en otros países; etc.
Para terminar, quiero dar las gracias a todas aquellas personas, la gran mayoría, que cuando conducen tanto coches, como camiones, autobuses, motos o bicicletas lo hacen con responsabilidad y con paciencia y colaboran para que casi todos los días del año no haya incidentes ni grandes sustos en nuestras carreteras y en nuestras ciudades.
Presidente de la Sociedad Ciclista Bilbaina, fundada en 1904